En el caso de la literatura
peruana infantil y juvenil la figura del perro se ha convertido en un
referente e inspiración para varias
obras: Mencionamos por ejemplo la gran
novela Los perros hambrientos de
Ciro Alegría. Cómo no recordar a
Wanka. (La perra madre de
Hueso, Pellejo Mañu, Chutín, Etc.) Wuanka
muestra su presencia al lado de
la familia del Simón Robles, y padece igual que ellos su caminar agónico en
plena sequía que sufre el pueblo. Los perros hambrientos novela de mucho temple, una alegoría de la
vida y la muerte. Un novela donde la historia de los perros adquiere gracias a
la prosa del escritor la inseparable historia épica de hombres y animales moviéndose en un
universo de comprobada fidelidad. Un libro que muestra la angustia, la
desesperación entre la vida y la muerte. Recordamos así mismo ya en el plano de épica y una fuerza mítica la novela, Rosa Cuchillo de
Oscar Colchado Lucio donde aparece Wayra (viento) perro que guía
fielmente como un lazarillo a Rosa Wuanka en la búsqueda de su hijo Liborio.
Wayra se presenta como los ojos, la luz, el viento, que necesita esta mujer para transitar el
Hanan pacha.
Por otro lado, señalamos el cuento escrito alimón por Alfredo Bryce Echenique y Ana maría Dueñas e ilustrado
de manera genial por Eduardo Tokeshi Goig. (que significa
gozo en idioma Catalán) donde se relata la tristeza del perro bóxer y su
amistad con Martín. La búsqueda, el viaje increíble de Goig hacia Francia
buscando a Martín. Una historia llena de ternura, de soledad, de gozo pleno entre el amo y el fiel can. Otro
texto que refiere a la presencia del perro como personaje principal es Ladraviento
del Félix Huamán Cabrera, en este relato se muestra la historia de Negrón que llega al hogar por el sistema
tradicional del trueque. Negrón se
convierte en el engreído de los niños
convirtiéndose en un experto cazador de
perdices, en un guardián del pueblo
especialmente cuando coge a un abigeo. Negrón es un perro de mil aventuras que
acaba cuando el niño protagonista de este cuento tiene que dejar Canta para venir a
estudiar a Lima. Este viaje deja a Negrón en un gran vacío. Mención especial merece el agradable
relato de Rosa Cerna Guardia: Los días de carbón (1968 en su primera edición) quizás una de las más importantes donde el
perro resulta un personaje inolvidable. Esta obra llega a tener una importancia
no sólo por tener a la fecha varias ediciones sino que es un texto que obtuvo
un valioso reconocimiento así tenemos que fue premiado con el primer
lugar en el Premio Juan Volatín (1968) un segundo lugar en el premio
Lazarillo en España (1972) además de una mención
honrosa en el Premio Nacional Fomento a
la Cultura José María Eguren. Pero al margen, de estos reconocimientos Los días de Carbón (LDC) se muestra como
un relato donde Cerna Guardia recrea de manera magistral el universo infantil
desde la mirada de una niña que va relatando las travesuras de Carbón, junto al
transcurrir de la vida en el pueblo. LDC, nos presenta así mismo, un mundo representado donde se funden la ternura con la leyendas,
la vida cotidiana de la gente provinciana, la poesía espontánea de la
naturaleza, la fidelidad del perro, la lucha de la gente pueblerina, la
solidaridad, el amor, la fiesta, la vida familiar, la muerte etc. Pero el eje
principal de LDC está motivada por la presencia del perro llamado carbón quien
es descrito en las primeras páginas por su color: “Carbón era negro como la noche. Me lo trajo mi padre una tarde de
lluvia bajo el poncho y me lo echó a los pies como si me tirara un copo de lana
negra, tibia y esponjosa, mientras mi madre calentaba la comida y el agua
resbalaba en los tejidos” ( LDC, 1991: 17)
Otro trabajo que
tematiza la figura del perro es: Chango
mi perro peruano de Gladys Flores Heredia, en la que se relata la historia
de la perrita llamada Leydi que no podía
acercarse a su dueño un niño cuyo nombre es Carlitos porque este sufría de una alergia. Leydi cierto día salió
de la mansión y se perdió. Carlitos lloro mucho, pero a las pocas horas regreso
toda maltratada. Ninguno de la familia lo reconoció pero el niño de inmediato se lanzó al
cachorro sellándose una amistad entre el perro y el niño. También podemos citar
a Armando Alzamora Un perro Yonqui en la que se narra el encuentro con un
perro triste, huraño llamado Maty, quien se convierte en una mascota “drogada” falleciendo
al final a pesar de los cuidados que le propicia su amo.
La lista
de obras que recrean esta temática puede continuar así apuntamos
el texto: Suerte de perros.
Vicisitudes caninas (antología) preparada por Ricardo
Ayllón el año 2009 que recrea nueve historias
de aventuras cuyos protagonistas son los perros. Aquí resaltan los cuentos de:
José Hidalgo (Pisco), Ángel Gavidia Ruiz (Trujillo), Francisco Gonzáles
(Huaraz), Cronwell Jara Jiménez (Piura), Julio Orbegozo Ríos (Otuzco), Ciro
Alegría (Huamachuco), Braulio Muñoz (Chimbote), Julio Ortega (Casma) y Manuel
Robles Alarcón (Abancay). Mencionamos en esta línea temática otros textos que
merecen revisarse como el texto de
Socrates Zuzunaga Huaita: Y tenía dos
luceros. El cuento: Bajo la sombra
del Limonero de Andrés Cloud, Cabeza de Nube y las trampas del desierto
de Cronwell Jara Jiménez, y el libro de Carlos Sánchez Vega: Mi amigo Sultán,
etc. Una buena forma de leer literatura donde la imagen del perro es mostrado
desde diversas perspectivas.