Raúl Jurado Párraga
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta
La danza es la expresión armónica del cuerpo colectivo. Acto ritual y mágico donde cada danzante en gracia sin par muestra la grácil movilidad corporal que los vuelve únicos en su ejecución. El danzante como parte del colectivo es único en su expresión de movimiento corporal al dar un giro, al levantar las manos o al ejecutar un paso de baile. Si bien, la danza se muestra como una coreografía llena de colorido y ritmos acompasados, es el danzante la pieza vital de la ejecución que a veces lo lleva al rito y la exaltación liberadora del espíritu. Cada danzante interpreta su interioridad en el baile, en el ritmo y la coreografía concentra su sangre y espíritu. A veces el ejecutante actúa como conciencia fuera de los límites del colectivo. Cada danzante muestra su universo corporal en la coreografía. Este hecho es palpable por ejemplo en los danzantes que guían o a veces salen de la comparsa (Caporales, Chutos, etc). A la vez, se involucran dentro de ella. Estos individuos a veces, están ocultos tras una máscara, una careta o un antifaz y tras ese ocultamiento desarrollan un acto de libertad plena. Las caretas, máscaras, antifaces, etc se convierten en elementos de una gama y riqueza que motivarían toda una investigación sobre el tema. Estos enmascarados sostienen el orden y el enigma del rito. A veces, son objeto de burla y también actores irónicos que toman el pelo a los espectadores. En este rubro podemos mencionar a los famosos chutos de los carnavales en la plaza de Yauyos en Jauja. Que ha motivado un hermoso texto de ingenio popular sobre estos danzantes enmascarados llamados cucllucaras o simplemente chutos. El libro lleva por título: Entre Caretas y Cullucaras ( Jauja, Holkon Editores 1999) escrito por el poeta jaujino Gerado García Rosales de quien transcribo un cuento para que se den cuentan los lectores del humor y el ambiente festivo de estos enmascarados dentro del contexto de una fiesta importante como la Tunantada.
¡CATAY... SEÑOR GOBIERNO!
A: José "Loco Pepe" Mandujano.
Aparte de lo atractivo y atrayente de la fiesta del Veinte de Enero, siempre será motivo para el lucimiento personal de algunos reyezuelos de provincia, de algunos sujetos que del anonimato, de pronto, salen a la palestra y se sienten dueños del mundo. ¿Acaso se olvida del todo, a pesar del tiempo, los hechos sucedidos que llevan una alta dosis de vergüenza ?. A veces somos como los gatos, y nuestra propia suciedad la tapamos con tierra, pero mal, porque siempre seguirá resplandeciendo su hedentina.
Hace muchísimos años ya, después de los exámenes de ingreso a la universidad, se comentaba el caso de un postulante, que para burro le faltaba solamente el título, que había cometido el craso error de sostener que el hueso "Fémur" se hallaba exactamente ubicado en la columna vertebral o espinazo. Aunque esto lo impedía de por vida postular nuevamente, por sus vinculaciones políticas y familiares, ¡ingresó!... pero por la puerta falsa, por donde ingresan los desahuciados del alma. Casi todo se olvida, porque para olvidar, tendríamos que matar a todos los viejos, y eso es imposible.
¡ Y llegó por fin el esperado Veinte de Enero !. Se tiño el valle con el olor de los eucaliptos, las lluvias más continuas que nunca, inundaron el camino silencioso de los amantes. El ala de los adioses, va con los que se alejan para no volver, jamás.
Nuestro conocido y lejano amigo volvió al lar nativo, después de rodar por la nada; pero ahora regresó remozado y pretencioso, con la petulancia del compinche de gobernantes. Revestido de "títulos" y soberbia, no era Ministro, pero decía tener el mismo rango: ¡jaujinadas de politiqueros!
Aquel día, como es costumbre en esa clase de gente, rodeado de sus infaltables "chupes", respingaba de su altísimo cargo; de sus proyectos para sacarnos del sub desarrollo, repartía tarjetas e inquiría por los errores de la oposición, sin mirar su cola que realmente era bien carcosa.
Un cullucara, como sucede con regularidad, ingenioso y perspicaz, se había dado cuenta de aquella presencia tan brillante, y recordó de inmediato lo del "Fémur" situado en la columna vertebral, pero no tenía cómo hacerle recordar, al cuasi ministro. Solamente atinó a salir del recinto y dirigiéndose a un puesto donde vendían pescado frito, pidió una porción que con presteza y buen apetito, limpió de carnes, para luego con el hueso mondo y lirondo dirigirse nuevamente al toldo, donde el cuasi ministro se "festejaba" mostrando su 38. El chuto se acercó parsimonioso, haciéndole las venias respectivas, y entregándole el espinazo del pescado frito, ante el asombro de los presentes, se atrevió a decirle:
- ¡Catay Señor Gobierno... Challhuacajpa-Tullun! (i)
¡Toma señor gobierno... El Fémur del pescado.
Se podrá notar la fina ironía de este Chuto que usando la máscara se convierte en la conciencia viva de la crítica frente a un sector de gentes que han hecho de la política su sustento y vida a pesar de no tener nada en su cerebro. En fin, existen así, en estos chutitos o chullucaritas un sentido vital de la vida y la poseía. Pero quizás no sean los únicos danzantes en este orden. Sino recordemos a los famosos diablos o qhapap ch’unchu de Paucartambo que acompañan a Virgen del Carmen como danzantes que deben soportar la ira del pueblo pero que aparecen colgados en los balcones y techos del pueblo. Lugar aparte merecen los caporales que preunidos de máscaras de cuero negro guían las comparsas en la famosa danza de los negritos en Huanuco.
Las máscaras desde su origen estuvieron vinculados a la actuación de persona. Desde su étimo en la palabra griega prosópon hasta la palabra latina persona. Es decir el que usa una máscara no sólo es la persona sino, que su uso se emparenta con su accionar cotidiano en el rito, en la danza, en la religión. De ahí que, dicho aditamento jugo y juega un rol fundamental en el teatro. Pero pasaran los siglos y se producirá un acto de ruptura el hombre no querra disfrazarse sino tratará de hallarse así mismo y esto motivará que la máscara, el antifaz, la careta u otro aditamento para cubrirse el rostro quede vínculado la performance ritual (religión) a la actuación (comedia, tragedia. etc) u otro acto humano importante como son las danzas (fiestas, folklore, carnavales etc,)
En el Perú son diversas las danzas en donde los danzantes usan máscaras. Además hay que mencionar que su uso es ancestral tal como lo ha estudiado Arturo Jímenez Borja quien tuvo a la vez una de las mejores colecciones de las mismas. Otros autores que han trabajado el tema son: Simón Orellana, James Vreeland, Segundo Villasante, Lizardo Luna, Anne María Hocquenghem, etc.
Las máscaras pueden ser de varios tipos Rituales ( Shapis, Chinchilpos, Cóndores), humorísticas ( Corcovado, Avelinos, Machu, Auquillo, etc), satíricas (Chonguino, Pachahuara, Chuto, Huatrila, Negrería, Viejos, Auquish, etc) si se atiende los tipos danza . Por su construcción pueden ser de madera ( Huacón) malla o alambre fino (Chonguino) Lana ( machu) Pellejo de animales (llamish) Gamuza (avelino) Yeso ( viejo) Badana ( pachahuara) También pueden haber máscaras por la calidad de su confección pudiendo ser estas talladas, con moldes, con diseños tejidas, etc. Por la expresión que se puede vislumbrar en las máscaras estas pueden ser: terroríficas, grotescas, humorísticas, normales. Por el uso dentro de una danza o pueden ser: costumbristas satírica, guerrera, moralizadora, totémica, etc. Por la representación étnica pueden ser: español (chonguino, corcovado) Indígena (huacón shapis) Mestizo (huatrila, avelino) Negros (chacranegro, negreria) la riqueza es tal, que en cada departamento existe una variedad de máscaras así, como danzas que echan mano a éste aditamento. Entonces como no querer a mi país por esa hetereogenidad de expresiones culturales expresadas en las máscaras. Como no sentirme también un peruano enmascarado que desde el fondo de su corazón ama su patria y su riqueza cultural. En todo caso, los invito a profundizar el tema ya que mi intención en este breve crucero que he llamado microviaje a la identidad ha sido la de volver a mirar mis libros desde ni rostro adornado de máscaras que me han regalado la posibilidad de entregarles estas líneas para hacerles sentir lleno de pureza y claridad peruana la valiosa multiplicidad cultural que tenemos por ello. ¡Salud¡ enmascarados del mundo .
BIBLIOGRAFIA BASICA
Alvarez, Félix, Marín Fierro y Odar Roncal. Danzas típicas del Perú. Lima. Video Impres S.A. 1991
Allard, Geneviéve y Pierre Lefort, La máscara. México. FCE, 1998.
Cánepa Koch, Gisela. Máscara ( Transformación e identidad en los andes) Lima. PUC, 1998.
Castillo Ochoa, David. “Máscaras de Ayacucho: artesanía tradicional”, en Boletín de Lima, año 11, N. 63,pp. 17-22. 1989.
García Rosales, Gerardo. Entre caretas y Cullucaras. Jauja. Holkon Editores. 1999.
Jiménez Borja, Arturo. Máscaras de baile. Lima. Museo de Cultura Peruana, 1947.
----- Máscaras peruanas. Lima. Galería de Arte INC/ Museo de arte Italiano, 1979.
Luna, Lizardo. “Máscaras populares”, en Las Moradas 1(I) ,pp. 71-73,1947.
Orellana, Simeón. “las máscaras en el valle del Mantaro” en El Serrano, vol XX. #s 257, 258, 259 pp 8-11,12-16, 12-15 1971a b c.
----- Mitos y danzas rituales del valle del Mantaro. Lima. Fondo Editorial del pedagógico San Marcos. 2004.
Que hermoso relato, les habal un danzante de los avelinos y también de los chutos, me siento muy agradecido con lo que escriben y es muy cierto uno muestra y se desfoga dentro de ese aditamento. Seguiré cultivando mi arte....
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