viernes, octubre 24, 2008

CHOSICA



El tren y sus ruidos de colores

a las seis de la mañana.

El río y su canto furioso
sucio, turbio, muerto
a las seis de la tarde.

Son quince campanadas de grillo

y mil cerros hablando

desde mi ventana

mientras te rezo

con un colibrì en la mano.

Mientras olvido tu piel

y aplasto tu coazòn

con mis dedos

mientras apuñalo tu corazòn
con una orquidia

esta tarde en Chosica.

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