Al cumplierse 10 años de la desaparición física del poeta Cesáreo Martínez Sánchez. El Vicerectorado Académico de la UNE, en coordinación con la Oficina de Imagen Institucional y el Instituto Cultural de esa Casa de Estudios rendirá un homenaje al poeta. La reunión será el día viernes 24 de febrero a las 6.30 p.m en la Escuela de Posgrado de la UNE, Calle Los Agr'icolas 280 La Molina, altura cuadra cinco de Constructores. Los esperamos.
Uno
se acerca a los poetas y a su poesía con
admiración y respeto. Nuestra condición de lectores nos lleva a tomar una
posición frente al texto y en varias ocasiones terminamos por navegar por un
mundo representado exuberante y extraño que acaba por deslumbrarnos y en muchas
ocasiones extraviarnos por el silencio y la meditación. Al leer Sol de Ciegos (Ediciones Universidad
Nacional de Educación, Oficina de Imagen Institucional , 2008) de Cesáreo
Martínez he tenido esa doble sensación. Por un lado, el deslumbramiento por las
imágenes que recorren todo el poemario y un extraño extravío por la reflexión
sobre la vida y la muerte que nos inunda en cada poema. También he creído hallar claves de la vida del poeta en la
profundidad de sus textos en prosa. Debo señalar que en este poemario se complementan
y fusionan la brevedad de la poesía en verso con los poemas en prosa cuya
belleza poética resulta admirable y más aún el subtítulo: Veinte
poemas de prosa y una canción desperdigada. El poemario que comentamos es
un texto hibrido en su estructura ya que conjuga el espacio de los poemas en
verso (20) con los poemas en prosa de igual número. A la que hay que agregarle
dos textos signados como Entrada y Salida más un texto intitulado: Que tunas las de aquellas horas, con la que suman 43 poemas en
total. Estos textos suponemos ayuda a
completar la mirada del poeta. Así,
aparece el homenaje a la madre, a su tierra, un poema que se mueve en el
espacio del recuerdo, el paisaje, el sol y la vida de Cotahuasi tierra del
poeta. Mención aparte merece el lúcido estudio introductorio realizado por el
poeta Tulio Mora y el testimonio amical de la poeta Rosina Valcárcel que cierra
el libro.
Sol de Ciegos en la
producción de Cesáreo Martínez es quizás el proyecto poético mayor que ocupaba
al poeta en los últimos años de su vida.
Texto que muestra la fibra madura de un poeta que ya había dejado textos
memorables como: Migraciones (1974) Cinco
razones Puras para comprometerse (con la huelga) (1978) Dónde manco el árbol de
la espada y el arco iris (bando para que la dirigencia se alinee con las bases)
(1980) Celebración para Sara Boticelli ( 1983) El Sordo cantar de Lima (1993)
no puedo dejar de mencionar su labor como ensayista y articulista en sus
libros: Desde la Vigilia (1989) Cuaderno
de la encuentros. Crónicas SINcrónicas (1999).
Sol de Ciegos es para nuestro
gusto el libro esencial de Chacho, en la medida en que roza un tema medular
para la poesía -la muerte- pero vinculada a -la vida- esa otra cara de la vida
del hombre, y en medio de ella una reflexión sobre la poesía. Chacho es
consciente de esa búsqueda certera que es la muerte pero es ahí, donde aparece
la resistencia de la palabra. Desde el texto Inicial (Entrada) aparece la luz
como elemento temporal que permite borrar las tinieblas (la ignorancia, el
olvido, la muerte, soledad, sueño) Luz que
se convierte en Sol, iluminación, pureza, origen, sabiduría, poesía,
floración ) Existe la conciencia de la validez de la palabra así dice: “.. Que el universo de mi mente o la mente del
universo se me ofrezca en su elemental,
límpida desnudez. Que todo lo que existe y no existe palpite en la (in) quietud
y el origen” ( p.33) ese juego dicotómico entre lo que se es y lo que no se
quiere ser esa la filosofía de la poesía que inunda el poemario. De ahí que el
hablante lírico de este libro encuentra un interlocutor en Dios a quien incluso
reclamará su papel así dice: “.. Hemos
fracasado, señor, tú y yo, reconozcámoslo. Tú por haber creado tanta belleza y
yo por haber concebido tanta vileza. Pero que quede claro que yo acudo al mar a
semejanza del pez, y regreso de la noche
en cuanto monte en cuento fiera. Que no se confundan nuestros roles, pues ya sabemos de quien son
los errores y quien permite los horrores en esta triste y al extremo estoica
tierra.” La densidad de algunos
textos obliga a hallar al ser que habla en el texto y lo vemos construyéndose en varios poemas como la
imagen de esa bestia que bufa, de ese único habitante de la aldea, de esa ave
del paraíso, de ese torpe animal que parpadea, del ciego enamorado, de ese
reluciente animal de infinitas alas, garras que impiden el ingreso al paraíso,
de ese morador nocturno que mira el puente , el río y la noche en Chosica, de
ese hombre virtuoso de la ciudad, de ese
niño que espera la vuelta de papá, de ese ser solitario y lúcido que contempla
la noche desde el ojo furioso , del ojo dichoso, de ese ojo-prodigioso-oído que pretende ordenar el mundo. Ese hablante
lírico dice: “.. Ellos han nacido para dormir y la noche esta ocurriendo sólo para ti.
Ojo y pestaña, hígado y pasión. Tienes que captar el horizonte nocturno, en un
sólo segundo, máximo en dos, abolir la fugacidad del instante.” (p.59) son esos instantes descritos por el poeta los
que configuran los mejores poemas donde
la imagen del sol deja paso al ojo, al oído, es decir a la contemplación y el
sonido que configuran la poesía que inunda el poemario así dice: “… Tú que
has preguntado a los mortales
dónde escribo, cómo escribo, para que escribo esto que te hurto impunemente,
clava de una vez el puñal, y báñate en este poema, que es tu propia sangre. “ (p83) E se
es el gran poema que existe el poema que es construido desde el caos, desde la noche,
desde el desgarro de la soledad del que quiere hablar por teléfono con alguien
y no halla sino su sombra. Ahí está el que dice: Hoy esta siendo sábado casi todo el día/ Mas pudo haber sido martes,
jueves, abril/ o cualquier otra zanja/ Pero hoy es más sábado sólo en este
instante/ Tengo un pie firme sobre el puente y el otro/ baila en la claridad/ Si
hubiera estado tendido en la cama/ Si filmando la curva caída de las rocas/ en
la plaza solariega/ Si catando a las muchachas en el mercado/ O terco , ciego,
luchando con los imposibles/ tal vez no habría sido sábado total/ Pero estoy
mirando cómo corren las aguas/ y cómo suenan este aire/ Comunico a todos que es
rico vivir/ Un sábado 28 de febrero a las 5:5 p.m. ( p 92)
Sol de Ciegos es un texto
cuyo abordaje se puede realizar desde varias entradas desde vincularlos con
otros textos en claro diálogo intertextual por ejemplo es notoria la influencia
de Traviesa de Extramares de Martín
Adán, por esa alusión permanente a la rosa, al sol, a ojo ciego, a la ceguedad.
Revísese por ejemplo la seconda ripresa y quarta ripresa o el poema Sol o en Escrito a ciegas (Carta a Cecilia Pashero).
Puede también leerse con relación a la poesía de Juan Ojeda en su Elogio a los navegantes. En su densidad
filosofía-poesía. Pero quizás mucho más en relación a la poesía de otro
extraordinario poeta recientemente fallecido: Alejandro Romualdo quien en su
poemario: El Cuerpo que tu iluminas (
1970) dice: Por que eres como
el sol de los ciegos, poesía/ profunda y terrible luz que adoro
diariamente:/ Mis ojos se queman como los ojos de las estatuas/ mi corazón
padece como un vaso de vino en un armario. ( P. 47) poeta que ha trabajado el
tema del sol en diversos poemas léase por ejemplo ( A fuerza de sol, Dios
material, Estreno de lujo, Blando sol de alegrías, joyería al sol, etc. Pero
Chacho en su libro le ha dado otra naturaleza poética en la que circulan las
voces de otros poetas como Jorge E. Eielsón, T.S Elliot, Emilio A. Westphalen,
Octavio Paz, Pablo Neruda entre otros poetas.
Para
terminar debo señalar que Cesáreo Martínez con este esplendoroso libro no ha
hecho sino darnos a nosotros sus
lectores la oportunidad de decir algo
sobre su poesía utilizando palabras chuecas, chancadas, chamuscadas que espero
hayan alcanzado formas mínimas para explicar en algo el inmenso rayo azul que
se despliega de su poesía y que nos ha
convocado esta noche. Mil gracias amigo Chacho.
Noche
de julio del 2008 en Lima la ciega
R.J.P
·
Texto leído
en El Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Marcos en la
presentación del poemario Sol de Ciegos de Cesáreo Martínez.