jueves, febrero 16, 2012

RESTO QUE NO CESA DE SUFRIR DE JULIAN PEREZ


Resto que no cesa de insistir (Atalaya Editores, 2011. PP.137) del escritor Julián Pérez explora desde un extenso monólogo pleno de rumor,  humor,  parodia,  pastiche, la crítica  de la historia del resentimiento frente al poder, frente al accionar hipócrita  de los individuos que lo representan. Una breve novela que abofetea al lector complaciente. La novela se organiza a partir del aparente discurso frontrerizo del narrador quien nos va llevando por episodios de la historia que recuerdan el fatal “desencuentro” de razas, por un lado, y por otro la “reflexión sarcástica  frente al OTRO”. Rastrea el abuso de los blancos  aquella “cáfila de almas penantes” frente a los herederos de Puka Toro, Cayetano Quiroz. El narrador tiene en el “rata”, en el “doctor” en el “académico” los sujetos protagónicos que reciben la ferocidad de las palabras del monologante “orate sabio” quien en la voz narrativa del narrador permite “fusionar” la  “ira” cotidiana del individuo frente a otros “individuos” . Para lograr ese propósito tiene en las palabras un instrumento importante: “… Desde aquel entonces es que se me ha dado por especializarme en jugar con las palabras, hacer que exploten, que lloren, que sangren, que mendiguen, que pidan perdón.” (p.106) Pero no sólo es “la locura”  la que explota en la boca del narrador sino que se muestra como la extensión del autor: “Julián derramó su ira por todas partes: ¿Qué más puedo decir? ¿Qué más puedes decir?” (p.60) Libro escrito desde la pasión de la escritura. Novela construida  desde la parodia de estilos que desfilan desde el “registro intertextual como guiños de autores predilectos que son aludidos a lo largo de la novela”. Resto que no cesa … es una novela que busca un lector que no adule  de buena  manera lo dicho  por que hacerlo formaría  la lista de de aquellos “odiados desde el discurso por el narrador Así dice: “Miren cuánta recua viene tras de mí. Miren cuánto cojudo me adula y quiere chuparme la pinga para que les herede mi fama.” P 55  Resto que no cesa es una novela provocadora y de ruptura ya que la intención va más allá del deseo de la simple escritura: “Escribir  un libro que no tenga lectores porque todos estos están capados están metidos hasta el cuello y el ojete en las premisas del sistema” (p.62)  Escribir ese libro, contar las historias que se mezclan como letanías de lo perdido “ cuando se me sube la bilis el garguero me dan ganas de cagar por la boca.” 124 Novela que el registro novelesco de Julián Pérez  es un texto “noveloso, barroso, injurioso”  Hay que cuidarse al leerlo ya que nos exponemos a la “ira”:  Estoy buscando al traidor para acribillarlo a ventosidades” p.19 Novela de profundidad psíquica, de enunciados en libertad : “ Ya se sabe que las palabras dichas con el corazón en la mano no tienen lengua que las articule. Eso es lo que creo, lo demás qué chucha.”P51  Novelita  profética de lo que a veces no se quiere expresar ante el bien decir. El narrador coloca su coraza ante el posible ataque así dice: “Puedes reiniciar tu ataque, aquí estoy yo para repelerte, por los siglos de los siglos si fuera necesario. Amén”. 137. Estamos ante una novela extensiva  que nos recrea lo escatológico,  lo humano se vuelve mortal, la historia y el recuerdo se fusionan en abrazos de “ironía” y “sarcástico uso de la lengua”. Pero hay que mencionar que así como nos sorprendimos al leerlo hay que anotar algunas errores visibles de escritura que señalamos puntualmente:  Vallas a donde vaya, p. 14, Inmensa triste p.105, El destartalado edifico 120, Se derrumbó talmente todo. P. 130 subsanables heridas de ortografía que no perjudica el sentido total de esta buena novela de Julián Pérez.

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