Raúl
Jurado Párraga
Realizar
un ejercicio de interpretación de
connotación sobre la frase “en qué momento se jodió la educación en el Perú” desde diversas posturas nos
llevaría a elaborar un ensayo que podría tener varias páginas. Pero como hay
que resolver la frase de manera puntual lo que sigue es una reflexión
preliminar tratando de “explicar” la semanticidad que se halla contenida en
esta frase.
Esta
frase apareció en la novela Conversación en la catedral de Mario Vargas Llosa
de la siguiente manera: “ ¿En qué momento
se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos
por el semáforo de Wilsón voceando los diarios de la tarde y él echa a andar,
despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado
por transeúntes que avanzaban, también, hacia la Plaza San Martín. El era como
el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál? Frente
al Hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vayas a estar rabioso,
fuera de aquí. El Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa:
no hay solución. A partir de este
apartado vamos a tratar de reflexionar en voz alta sobre la significavidad de
la frase aludida.
Desde
una postura antropológica, la frase se
centra en la alusión que realiza Zavalita, sobre su condición de ser. Afirma su
preocupación, su condición de hombre que en algún momento se había jodido. Esta
especie de personalización no hace más que confirmar que Zavalita es el
personaje que muestra la “metáfora” de la frustración de la humanidad y su conocimiento. Zavalita no es la imagen del hombre triunfador sino la
del hombre “frustrado” el ser derrotado que no sabe cuándo ni porqué ha
terminado jodido. Zavalita se afirma no sólo como un individuo que camina junto
a otros igual que él, sino que asume el fracaso del ser humano, de su
conocimiento cotidiano que no sabe cuando se había frustrado ni por qué. La
aspiración es nula en Zavalita. Él solo conjetura
que su contexto también ha llegado a
un callejón sin salida. Se
construye un país trunco, acabado, minado, fracasado, jodido. La visión
antropológica de Zavalita es la cancelación de su condición de hombre, de su
cultura, de sus manifestaciones cotidianas. Carlitos su interlocutor recibe la
frase cancelatoria de la frustración: El
Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solución. El hombre o los Hombres van arrastrando la
cicatriz del “no ser” y por lo tanto, son incapaces de pensar una cultura
diferente. Tal vez, este hecho nos lleve
a pensar en que la cadena axiológica de “nosotros los indios” como diría
González Prada afirmando nuestro primer intento de “identidad” ha descendido
hasta profundidades que aún no terminamos de explicar. No somos un país con
valores, no somos más que “individuos” fantasmales caminando por la piel de
nuestro país. Dónde ha quedado el respeto, la honestidad, la ética, la puntualidad,
la solidaridad etc. ¿Estar jodidos acaso explica nuestra acción axiológica
negativa? Los valores nunca se perdieron
ahí, están. En todo caso, sólo falta
restaurarlos y para ello necesitamos
reeducarnos con urgencia dentro de una
auténtica moral. Podemos pensar en “nosotros los criollos”, “nosotros los
mestizos” o en un gran “nosotros los peruanos”. Hoy somos un país de
transeúntes buscando en el fango de la
corrupción que nos ha invadido como el
kikuyo una pequeña lección de moral.
Zavalita afirma que él es como el Perú, una sociedad jodida. Pero aún ese
mirada negativa brilla una pequeña ventana hacia la reconstrucción ética de ese
“nosotros invadidos de todas las sangres” de ese nuevo hervor cultural que
vislumbraba nuestro José María Arguedas.
Puede
existir amor a la sabiduría en el trauma de estar hasta el cien o hasta la
remaceta como solían decir nuestros padres cuando iban mirando cómo jodiamos,
nos jodían el país. Zavalita filosofa, reflexiona,
medita, y concluye que estamos mal y al
realizar estas actividades
simbólicamente con el lenguaje
expresa racionalmente que estamos actuando mal como individuos y en
consecuencia estamos contribuyendo que
nuestro país se hunda en la frustración, el sinsentido, el espacio vacío de
estar jodidos. Empíricamente llegamos a esta temible conclusión: El Perú esta
jodido y nosotros también. Pero hasta cuando aguantará el cuerpo. Pero este
vacío no surge de la nada de ahí, que se hace necesario reflexionar desde
cuando nos viene este estar “jodidos” y
aquí donde recurrimos a la historia. Manuel Burga señala que el Perú se jodió
por la mala fortuna que acompañó a
tres procesos fundamentales de nuestra
historia: Uno abortó, otro fue cancelado y último terminó en frustración. Estos
momentos históricos se refieren a: 1) Cuando los hispanos cancelan la república
india en el siglo XVIII. 2) Cuando se cancela el proyecto criollo al instalar
una monarquía constitucional con un
príncipe europeo y de convertirse en una aristocracia nativa. 3) Cuando la
república criolla disimuló la prolongación del colonialismo, creó la ilusión de
un estéril modelo republicano, no pudo construir una sociedad nacional, y
consecuentemente, retrasó una revolución social como la que conmovió a México
en los años 1911- 12. Se podría pensar que sólo fueron estos tres hechos que
determinaron el hecho catastrófico de nuestro país pero a mi parecer como
piensa César Levano “no se jodió el Perú en un momento, sino en varios. La suya
–la nuestra- es una jodedera con historia” Es decir, históricamente nuestro
país a lo largo de su historia ha tenido
varios momentos en la que esta se ha “jodido” y porque no se seguirá “jodiendo”
aún sentado en una silla de ruedas. Para darnos una idea propongo pensar
que nuestro país se jodió cuando: a) El imperio Inkaico fue avasallado por los
conquistadores, b) Se iniciaron las luchas de resistencia lideradas por Manco
Inka que no pudo restaurar la cultura nativa, c) Comenzaron las luchas
violentas entre “conquistadores” para coger a la fuerza un pedazo de nuestra
tierra y sus riquezas, d) Cuando surgieron el Taki Onkoy, Muro onkoy,
Yanahuara, y fueron extirpados y anulados, e) Cuando Juan Santos Atahualpa,
Túpac Amarú II perdieron la oportunidad de crear un nuevo país, f) Cuando Simón Bolivar canceló el proyecto de San Martín o cuando San Martín dejó el país a
Bolivar, g) Cuando los criollos no pudieron trazar un proyecto de nación, h)
Cuando la naciente república del XIX no encontraron ni desarrollaron un proyecto de país, i) Cuando
el país se desangró en un absurdo caudillaje que fragmentó más nuestro país, j)
Perdimos la guerra con Chile, K) Cuando se aceptó como algo natural los golpes
de estado, l) cuando se dieron las dictaduras que van desde Manuel A. Odría
hasta el de Alberto Fujimorí , Ll) Al aparecer Sendero Luminoso y el MRTA que
terminó por agrandar la herida de nuestro país, M) Cuando miramos con estupor
el alto grado de corrupción a la que llegaron los gobernantes de nuestro país
hecho que cada día crece más y más. En
fin, podríamos señalar más hechos históricos y porque no también políticos.
Pero es bueno apuntar que la cancelación
de varios proyectos que pudieron habernos sacado del hoyo fracasaron no hicieron sino mostrarnos que nuestro país
continua en una constante jodedera no sólo por acción de los detentan el poder
en nuestro país sino también por el accionar de nosotros que somos el cuerpo y
el disfraz de Zavalita personaje de ficción novelesca que cada día adquiere
mayor actualidad.
Arrastramos
“traumas”, asumimos “quiebres psicológicos” producto de esa manera que vemos a
nuestro país. Zavalita es un joven frustrado. Zavalita es el Perú un país jodido por acción externa y también
interna. El sólo hecho de ser un país multiétnico, multiracial, multicomplejo
nos ha creado “un trauma cultural” Somos huraños, tímidos, taimados, mestizos.
Estamos jodidos pero contentos. Somos agresivos porque fuimos avasallados y
reaccionamos frente a tanto dolor. Esto se explica según Javier Mariátegui por
que ante la frustración surge la frustración. Pero no se puede vivir siempre con traumas hay que superarlos y es ahí,
donde la frase: “Cuando se jodió el Perú”
nos da la posibilidad de reflexionar sobre nuestro país desde nuestra
individualidad y porque no desde el mismo centro de nuestra vida en sociedad.
En proyección poder dejar de joder y habremos comenzado a mirar la vida de
distinta manera. Salvo que nos guste vivir en una sociedad jodida con sujetos “especialistas”
en joder deportivamente como: (políticos, congresistas, policías coimeros, rectores
angurrientos, sindicalistas dinosaúricos, periodistas mermeleros, expresidentes,
marcas, mafiosos, microbuseros, ladrones de cuello y corbata, abogados ratas,
militares vende patrias, carteristas, asesinos, pandilleros, ociosos, etc, etc.).
Muy acertadas sus apreciaciones.
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