martes, marzo 25, 2014

CHILLA POR MIGUEL A. GUZMÁN

Uno camina, respira y de pronto se enturbia el aire. Un amigo ha dejado su recuerdo escrito en un café frío. A lo lejos el ojo se descose y una lágrima escribe su nombre sobre el lomo de un viejo cuervo. Me pediste un trabajo sobre José María Eguren que nunca comencé. Te vi tan animado esas tardes de diciembre que hablamos de lo que más  amabas de: libros, poetas, sueños y de chismes literarios. Son testigos la mesa vieja y la silla rota de ese bar. Conversamos de nuestra familia, de tu compañera Charito y de tu hijo el pequeño “Goku” como lo llamaba. Tú solo reias. Recordamos a Neón. Tú habías sido parte de ese grupo de poetas noventeros. Te quejaste del "autobombo"  de algunos compañeros de ruta pero hoy estas al lado,  de Juan Vega, Carlos Oliva  aquellos poetas de luz que te han guardado un sitio en el parnaso eterno de la poesía. Hoy me cuesta creer que la vida se deje ganar por esa vieja de calaveroso corazón que se lleva a la  gente buena. Te habrán llorado  hasta la médula Jorge Ita, Gustavo   Armijos,  César Toro a pesar de sus fantasmas. Los horazerianos Pimentel, Tulio, Angelito.  Cuantos más, habrán arrugado su corazón por tu partida. Cuantos amigos poetas, cuantos más que conocieron tu sencillez habrán chillado en tu nombre.  Aún recuerdo esa tarde en Quilca conversando con Josdán. Estabas ahí, con tu anteojos redondos como tus palabras. Siento tus pasos acompañándome  a tomar mi colectivo. Ahora que camino por Wilsón con Colmena me acompañas. Hoy me raya no haber estado en tu velorio o en la ceremonia cuando la tierra cubría tu cuerpo. Todo por no revisar el mail. Pero tú sabes que anudaba mi tiempo  en otras cosas.  La verdad la pena me viste hoy desde el árbol despeinado y quebrado hasta las mismas calles sucias  del cercado que aplanábamos cada vez, que nos encontrábamos. Hoy quiero  recordar tu poesía que debe ser reivindicada desde la lectura. Eras un buen poeta en el silencio, en el perfil bajo. Eres un poeta. Habías publicado   varios poemarios  pero en este país los poetas silenciosos son anulados. Somos necrofílicos para la críttica valorativa.  Pero quedamos tus amigos para difundir tu trabajo que se “levanta invicto como una ola/y toma fuerza y chapuzón con destellos y algas,/ embriaga las estatuas del puerto/derrite la sal de los muelles/inquieta el lento decir de las barcazas, /se columpia el cristal/ en la tempestad de la lluvia/semeja un ojo, una gema, una piedra/ sideral y sólida transparencia.  Ya vez, tu poesía es tu herencia. Ahí permanecerás por siempre. Me voy despidiendo  Miguel A. Guzmán  me espera un vaso de vino con tu nombre en casa a pesar que sé que se blanqueará mi vaso con la lluvia caído de mis palabras. Hasta siempre amigo.  (en la foto: Kent Oré, Angel Garrido, R.Jurado, Jorge Pimentel, Miguel A. Guzmán y Dalmacia Ruiz Rosas)

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