PARA JOSE MARIA ARGUEDAS

Habito un grano de quinua mientras  brilla la pluma de un pato silvestre en las alturas del mundo. Aquí no hay facebook, ni blogs mermeleros, ni twitters parlanchines. ¡Ay doctores!,  ¡Ay de ustedes académicos de antologías! Sigo cabalgando en el arco iris soy JOSE MARIA ARGUEDAS mis espejos brillan en el violín y el arpa que entonan con rabia la música de los danzantes de tijera. Mi piel es de brujo, mis ojos luciérnagas que taladrán el  corazón negro  de los falsos Apus. Estoy aquí, con mi máscara y mi tiesto de cancha chulpe. Mi manos son pura música de los ríos. Soy pececillo de oro, condor de barro, torito de piel brillante, puma de fuego. Pasarán mil años y mi sangre seguirá  bordando los cerebros de los “estudiosos”. Mi obra como el mito de color servirá para que elaboren ollas de palabras. Soy JOSE MARIA el desborde furioso de los árboles de Pisonay. Coloquen sus oídos en mis palabras. Escuchan tienen vida  mis novelas, tienen cuerpo infinito mis palabras. Estoy mirando con mi nahuín de piedra sus sonkoy pukas.  Estoy volando en el cuerpo de picaflor tornasolado koichi en miniatura que azota con sus alas el cielo. Andawaylas, Puquio, Cusco, Jauja, Yauyos y otros caminos  se llenan de retamas y kantutas de colores en mi pecho. Estoy viviendo, tarpuy de mariposas, manto de temblores. Doctorcitos  taitas  de antejos de oro sigan nadando en mi poesía.  Estoy en la cima del Osongate, lanzando granizos y mensajes. Que suenen los wuaynos, las mulisas y los carnavales en mi homenaje.  Zapateen en mi nombre, canten con sus lenguas estoy arriba de las nubes soy el ave más hermoso que  vuela sobre los edificios de Lima y el mundo. Hanan, kay, Uku  semilla regenadora soy JOSE MARIA. Silben y aplaudan que estoy germinando. Estoy hirviendo......