Miguel Gutiérrez Correa nos entrega dos libros: La cabeza y los pies de la dialéctica (Derrama Magisterial, 2001. 501 páginas) y Una Pasión Latina (Alfaguara, 2011. 272 páginas) El primer libro cierra el ciclo de su labor ensayística. Gutiérrez importante autor de importantes novelas con anterioridad nos había regalado al placer de la lectura dos libros de ensayo: El pacto con el diablo y la Invención Novelesca donde pudimos sopesar la actitud reflexiva sobre el hecho literario, entender los mecanismos de su lectura “marxista” y los más importante “reflexionar” en voz alta espacios de nuestra cultura literaria. Si bien hay espacios “ideologizados en varios artículos en su libro: la cabeza y los pies de la dialéctica esta no deja de provocar un “elogio a sabiduría” a la madurez de la polémica de cada ensayo, artículo o reseña que componen este libro. No hay más que transitar por lalectura que se nos propone por momentos “ortodoxas” pero en la mayor parte “abiertas” a la lectura crítica. No sólo hay un compromiso ideológico sino que esta se acompaña de una postura “ética de lo bien documentado y escrito” de los ensayos y ahí reside el mérito de Gutiérrez Correa
El segundo libro es el otro lado, donde lo creativo nos lleva a leer con pasión un thriller en tono policial. No sólo es la Historia de un simple informe sobre un descuartizamiento sino que lo narrado sirve para alcanzar otros fines. Nolasco Vilchez el personaje central de la novela arrastra el signo de la condición mestiza como una afrenta que debe corregirse a través de una muerte de su mujer “gringa” Karen Spiegel en el mismo corazón político del mundo Washington y esa casa descrita maravillosamente se convierten en el verdadero cuadro para borra la afrenta milenaria. Asistimos a la historia de una pareja atormentada que da pie a otras historias que unidas una tras otra van configurando el discurrir de “otras historias” escondidas ya en Ayacucho, Piura, o Washington. A partir de las indagaciones humanas se van tejiendo la búsqueda de “verdades” que no se clarifican sino en la reconstrucción de los hechos que practica Artimidoro Correa quien no sólo es el “memorista de la historia” sino el involucrado en esta ficción novelesca. Gutiérrez señalaba que: “todo escritor busca la forma necesaria para escribir una novela” y en esta novela Pasión latina no sólo conjuga ese hallazgo sino que desarrolla con maestría el tono para contar “las aventuras de esta novela”. El interrogatorio a la que es sometido Artimodoro Correa por parte de la policía local, así como del FBI son tan reales que resultan tan creíbles para el lector que puedo señalar que este trabajo sólo lo puede realizar un escritor en la plenitud de su madurez creativa. Hay que recordar que Miguel Gutiérrez ha hallado la fórmula perfecta para escribir cada una de sus novelas. Cada escritor se enfrenta a muchas posibilidades de escritura pero también es consciente que cuando se logra el tono buscado la novela es escrita con mucha facilidad y nosotros los lectores comenzamos a gozar con su lectura y agradecemos que de una historia truculenta como es Pasión Latina se haya logrado una buena novela, aparentemente frágil en relación a otras novelas del mismo Gutiérrez pero con una claridad que sólo está reservada a un escritor de oficio y madera.
Un gran pensador Miguel Gutiérrez.
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