jueves, agosto 14, 2014

ESE CAMINO EXISTE DE LUIS FERNANDO CUETO

Fernando Cueto (Chimbote, 1964) El 2011 ganó el Premio Copé de Oro  en la III Bienal de Novela “Premio Internacional”  con la novela: Ese camino existe. Lima, Ediciones Copé (2012) y al iniciar su lectura asocie el título de dicha novela  con un libro poemas de Blanca Varela: “Ese puerto existe”. Pero, fuera de esa inofensiva “comparación”  de lector la novela en sus 413 páginas me arrastró con atento interés  desde la primera página: “… Un pájaro, eso parecía. Un pájaro triste y cenceño. Cabeza morena y medio calva, nariz puntiaguda y ojos hundidos pero fulgurantes..”(p.11) hasta que llegue a la página final “Su corazón se regocijó; aspiró  a bocanadas el aire puro, emprendió el descenso. Sus ojos estaban llenos de rostros, de muchedumbre, de pueblos variopintos, de ríos indomables, lluvias incesantes, noches de luna y amaneceres infinitos.” (p.413)  Al terminar la lectura  sentí una satisfacción por haber leído una gran novela. Pero quien era Fernando Cueto, ¿quién?  Cueto era un  escritor Chimbotano que me había impactado. Por ahí, halle unos datos sueltos: Estudios primarios y secundarios en el puerto de Chimbote,  Estudios Superiores de Derecho en la UPSMP carrera en la que ha logrado un posicionamiento profesional importante a la fecha. Pero además me enteré que, Cueto perteneció a la Policía de Investigaciones del Perú   y quizás esa labor (1983-1990) le haya servido como “experiencia” para trazar rasgos bien logrados de sus personajes militares y policiales en varias de sus novelas. Personajes que se mueven entre la perversidad, la miseria humana,  la locura y la muerte. Digo “sirvió” o “utilizó” ese conocimiento desde dentro para que Cueto pueda ficcionalizar “lo real”  y “literaturilizarlo” logrando aciertos narrativos a través de su prosa vigoroza y bien hilvanada. En sus novelas “hay un saber desde adentro”  “un hablar con conocimiento” mostrando acciones y costumbres militares, elaborar  discursos “militarizados”, Por ejemplo: “… ¿Y tú crees que yo me voy a tragar ese cuento?-dijo Escorpión-, La cosa esta más clara  que el agua: acá has armado tu centro de adoctrinamiento, huevón. Ahora me vas a decir quiénes son tus pupilos, a quienes les estás comiendo el cerebro para que ataquen la fuerzas del orden.” (P.344)  espacios novelados que recrean perversidades, crueldades y agonías existenciales de las acciones militares: “A cerebrito le brillaron los ojos detrás de aquellos lentes tan gruesos como poto de botella. No necesitó más ordenes, tomó al detenido de un brazo y lo condujo hasta el fondo de la habitación, en donde ya se encontraban dispuestos para el interrogatorio, un tablón de madera, una tina con agua, una silla y una soga.” (P.271) Y cuando no, pendejadas y cinismo del actuar militar. Y también rasgos del síndrome de guerra y locura hecho que se puede comprobar en el accionar de varios militares como: Buldozer, Shogun, Escorpión, Josaca,  Hiena, Quebrantahuesos,  Otorongo, Mapache, Salomón etc. También hallamos conocimiento y represión del enemigo: “Despacio, con los ojos entornados, el camarada Facundo bajo la cabeza, y, a esa leve señal, un comunero de Churca, un joven recién adiestrado, apuñaló  por la espalda a Perpetua. Fue tanta la insania y vehemencia del comunero, que el camarada Alfonso tuvo que pegarle un duro puñetazo en la nuca para que cese de atacar a la mujer” (P.p 208-209) Hechos que inundan la novela que venimos comentando y que se ve también  en otras novelas como: Días de Fuego, Chimbote: Río de Santa Editores, (2009) Editorial San Marcos. (2009),  Lancha Varada, Chimbote: Río de Santa Editores. (2007) Llora corazón, Editorial San Marcos. (2012)

Si bien Ese Camino existe, se inserta en el corpus de novelas que tematizan “la violencia”  como: Candela Quema luceros, Noche de relámpagos de Félix Huamán Cabrera, Hora Azul de Alonso Cueto, Retablo de Julián Pérez, Rosa Cuchillo, El Cerco de Lima de Oscar Colchado Lucio,  Abril Rojo de Santiago Rocagiolo, De amor y Guerra de Víctor Andrés Ponce, Un Rincón para los muertos de Samuel Cavero, Cadena Perpetua, Viaje al corazón de la guerra de Harold Gastelú, El dolor en los labios de Carlos Rengifo, Un beso de invierno,  el camino de Regreso de José de Piérola,  Adiós Ayacucho de Julio Ortega, La niña de nuestros ojos de Miguel Arribasplata, El gran señor de Enrique Rosas Paravicino, En las fauces de las fieras de Carlos Thorne, La joven que subió al cielo de Luis Nieto Degregori, La noche y sus aullidos de Sócrates Zuzunaga, Bioy de Diego Trelles, La ciudad de los culpables de Rafael Inocente, Generación Coche bomba de Martín Roldán, etc. Nos da una visión “diferente y personal” de la violencia que es vista desde el accionar de “Cubo” aquel comando “sensibilizado y lleno de orfandad” que ve como los “camaradas” y los “militares” ingresan a una espiral de Locura y  sinsentido de una “lucha utópica de columnas pobres que arrastran sus sueños entre el hambre, el frío y la muerte” y de una “represión brutal y absurda de sujetos traumados y neurotizados por el miedo”  como si el país en su totalidad  formara parte de esa “locura” de la que sólo ha quedado una huella de muerte, fosas, torturas, orfandad, pueblos arrasados, mutilados en nuestra memoria que rogamos jamás se repita porque de por medio esta la vida y la paz. La novela de Cueto es un ojo abierto de esa espiral de violencia que vivió el país. Pero a la vez, es la cicatriz aún no cerrada de los hombres que se involucraron en ese episodio violento que enlutó a nuestro país. Es la novela que muestra a los personajes de ambos bandos (policías y senderistas) ahogándose en la locura, la neurosis, la soledad, la muerte de sus utopías. Una gran novela que nos recuerda que “Ese camino existe” e irremediablemente hay que recordarlo desde la literatura para meditar que aún nuestra memoria colectiva aún se halla teñida de dolor y sangre. Una novela que ya ocupa su lugar en la buena narrativa desde Chimbote para el mundo.

3 comentarios:

  1. Mi estimado Raúl:

    Disculpa el off topic y el que tenga que usar los comentarios a tu blog para dejarte este mensaje (pues no tengo su e-mail), pero hace meses que fallamos tratando de coordinar el que me entregues un ejemplar de la revista Sol de Ciegos, que tú dirigiste y en la que publicaste una reseña mía sobre el libro-ensayo de nuestro común amigo Antonio Sarmiento. Hace más de un mes dijiste y prometiste que me dejarías el ejemplar en el puesto de nuestro amigo Lewis Calderón en la feria del libro del Jr. Amazonas, con resultados hasta ahora negativos por cierto. Espero que nos podamos reunir pronto para que tenga ese ejemplar en mi archivo. Mi # de celular es: 9925-38890. Saludos Raúl ^_^

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  2. Antonio Iraita7:04 p. m.

    Que? esta no habido..

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  3. Anónimo9:47 a. m.

    esta novela es aburrida ymuy larga no vale la pena leera

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