Welmer Cárdenas Díaz, con prosa musical nos regala una novela que relata la vida y pasión de uno de los grupos musicales más importante de la Amazonía: Juaneco y su Combo. La novela, relata con elegancia y con prosa justa la historia de este emblemático grupo fundado por Juan Wong. La novela es un pentagrama de acordeón, guitarras y galopante percusión en clara contrapunto donde la sensualidad, el misterio, la muerte, la fiesta, la nostalgia, el dolor, el arrebato erótico se mezclan en sinfónica composición. La novela va trazando la vida de Noé Fachín, Walter Domínguez, Wildoro Casique, Rosendo Hidalgo, Wigberto Murrieta, Jayro Aguilar, Juvencio Pinchi, Juan Carlos Zuviate. La aventura de sus inicios en el arte de alegrar a la gente. Sus penas, sus amores, su tragedia en el accidente aéreo de Lansa. La novela inserta la euforia de la fiesta de año nuevo, la mitificación de los niños convertidos en aves del mito del ayaymama, la rivalidad futbolística, amores glorificados por la pasión y la música. Una novela bien narrada, una prosa poetizada que muestra el talante de un gran narrador cuyo trabajo nos da la oportunidad de estar frente a un valioso escritor cuya obra va consolidándose con solidez y prestancia que reclama nuevos lectores.
sábado, octubre 11, 2014
WELBER CÁRDENAS DÍAZ Y EL LLANTO DEL AYAYMAMA
Welmer Cárdenas Díaz, con prosa musical nos regala una novela que relata la vida y pasión de uno de los grupos musicales más importante de la Amazonía: Juaneco y su Combo. La novela, relata con elegancia y con prosa justa la historia de este emblemático grupo fundado por Juan Wong. La novela es un pentagrama de acordeón, guitarras y galopante percusión en clara contrapunto donde la sensualidad, el misterio, la muerte, la fiesta, la nostalgia, el dolor, el arrebato erótico se mezclan en sinfónica composición. La novela va trazando la vida de Noé Fachín, Walter Domínguez, Wildoro Casique, Rosendo Hidalgo, Wigberto Murrieta, Jayro Aguilar, Juvencio Pinchi, Juan Carlos Zuviate. La aventura de sus inicios en el arte de alegrar a la gente. Sus penas, sus amores, su tragedia en el accidente aéreo de Lansa. La novela inserta la euforia de la fiesta de año nuevo, la mitificación de los niños convertidos en aves del mito del ayaymama, la rivalidad futbolística, amores glorificados por la pasión y la música. Una novela bien narrada, una prosa poetizada que muestra el talante de un gran narrador cuyo trabajo nos da la oportunidad de estar frente a un valioso escritor cuya obra va consolidándose con solidez y prestancia que reclama nuevos lectores.
martes, setiembre 30, 2014
El HOMBRE DE POMPEYA DE CARLOS GARCIA MIRANDA
Novela escrita desde el
sincero corazón caminante del novelista. El
hombre de Pompeya. Lima: Dedo crítico Editores (2014) de Carlos García
Miranda (1968-2012). Es sin duda, una novela que resume el talento narrativo
del “desaparecido” y talentoso docente y estudioso Sanmarquino. Esta novela
póstuma es prueba de la prolongación del trabajo de escritura que dejó García Miranda que ha sido publicado
por la generosa amistad de sus amigos y que los lectores agradecemos con
entusiasmo por que nos permite “enjuiciar” con nuestra lectura el “virtuosismo
narrativo” contenido en las 185 páginas de esta historia. El Hombre de Pompeya
es parte del proyecto narrativo que
comenzó con un inquietante libro de relatos: Cuarto desnudo (1996). Y que continuó
con la novela: La puertas (2012). A la que hay que agregarle su ensayo: Utopía
negra. Identidad y representación en la narrativa negrista de Antonio Gálvez
Ronceros (2009) Estamos enterados además, que dejó casi culminado un proyecto
mayor (su trabajo de investigación para obtener su doctorado en la Universidad
Complutense de Madrid) sobre la obra del cronista indio Huamán Poma de Ayala.
El Hombre de Pompeya, es la
novela que relata la vida de un joven profesor universitario que se mueve en los márgenes de
la soledad, el aburrimiento y la genialidad de adaptación al medio. Adrián Garcilaso
es el sujeto que ve con abulia lo que le rodea. Añora y odia a su mujer Agnes
de quien está separado. Adrián desde su
postura contemplativa ve el “discurrir sus días” su repetitiva cátedra universitaria, sus
viajes a dictar cursos de capacitación como la descrita en la parte inicial de la novela, sus amoríos
furtivos (Enma, Renata) sus largas caminatas por librerías y calles de una
aplastante Ciudad horrible que le va “quitando
las ganas de vivir”. Aquella a quien Lucas el delirante amigo “editor” de
Adrían “hablaba de lo fea que estaba la ciudad, con su cielo gris y sus edificios sucios, y de la mala suerte
que les tocó nacer en el Perú" (pág, 53) Vemos a un Adrían moviéndose en una ciudad que lacera
pero que a la vez, lo libera para dedicarse a una “pasión” escondida y
prohibida: La venta de libros incunables, primeras ediciones, rarezas
bibliográficas a coleccionistas europeos. Para este negocio Adrián se convierte
en “reducidor” de libros robados a bibliotecas
de instituciones públicas y privadas. Hecho que se convertirá en la
causa principal de una denuncia que provocará que Adrián sea “obligado” o
“ayudado” a viajar a España. “El decano volvió a abrir la carpeta y comenzó a leer en voz
alta./- Una veintena de libros robados de la biblioteca y vendidos, según
consta en los testimonios de algunos empleados, a Ud; profesor; seis denuncias
notariadas sobre acoso sexual a estudiantes contra Ud.; otras cinco
denunciándolo por tráfico de notas…” (pág, 94) Si bien la novela centra la
historia en la “vida” del profe esta se enriquece con la historia escondida
del frustrado poeta “Lucas” quien da a Adrián el manuscrito de Noemí Lagunas un
connotada militante de Sendero Luminoso, que provocará que Adrián se halle en
peligro constante e incluso asista a presenciar como “queman” su departamento
en donde se hallaban “las preciosas cajas de libros y documentos de esa secreta
secta La Rosa” comprados a la dueña de
la biblioteca Zaldulegui. Así mismo, su posterior “exilio” en un pueblo joven
al amparo de Celia hasta que logre viajar a España.
Por otro lado, existe la
historia del profesor Adrián “crítico agudo”, lector infatigable que asume
posturas “críticas” como aquella escena “risible y grotesca” del poeta
Limón autor del poemario “cansancio” quien busca
el ansiado prólogo del profesor Adrian que nunca llegará. La novela así mismo,
en afán provocador a través de la fina ironía de Adrían “enjuicia” carnavalescamente
a narradores, críticos y editores así
desfilan “disfrazados” escritores como: Miguel Gurruchaga, Alonso Quieto, Milla
Balmes, García –Miramar, Fernando Riera, Pedro Loza, Bosso, Thait, Somocursio,
C.E Zapatero, Anastacio González-Gil, Víctor Corrales etc. Guiños y palos a “pretenciosos
escritores”. El Hombre de Pompeya además resulta para mi gusto una novela de mucha fuerza y sincera
historia. Aquella que nos lleva de la mano a Europa buscando la pista de esa “secta
secreta” que guarda la memoria de documentos valiosos de nuestra historia
cultural. Y la historia íntima de un profesor apasionado por la cultura, por la
vitalidad de vivir la vida a pesar de la muerte. Una novela de fibra que
encontrará su sitio en la narrativa peruana cuando se lea con calma y agudeza
esta novela escrita por Carlitos Miranda a quien siempre le guardaremos
admiración y recuerdo pleno de aceptarlo como un reptil urbano petrificado pero
viviendo bajo las luces de la eternidad
que aún nos acompaña.
miércoles, setiembre 17, 2014
CRIBA DE JULIÁN PÉREZ
CRIBA, Es la novela ganadora del Premio Copé recibió una acertada lectura por parte de Santiago López Maguiña artículo que puede leerse en: http://slopezma.blogspot.com/ y para ampliar su lectura Alfonso Torres Valdivia autor de : Inorgásmica, Limpiamundo, y otros libros nos envía la siguiente reseña que damos a conocer.
Julián Pérez: Criba.Ediciones Copé,
Lima, junio de 2014, 369 pp.
Sobre la violencia política ocurrida
en los años ochenta se han escrito muchas novelas: Candela quema luceros, de
Félix Huamán, Abril rojo de Santiago Roncagliolo, La hora azul de Alonso Cueto,
Rosa cuchillo de Colchado Lucio y muchas más. Algunas de ellas, son producto de pesadillas o interpretaciones
subjetivas para explicarnos la violencia de esas décadas consideradas pérdidas
para muchos economistas y sociólogos del primer mundo.
Los autores de muchos de esos relatos, nos
cuentan cómo la falta de fluido eléctrico arruinó su infancia. Es evidente que
esa visión es parcial, se centra en el
terror que les produjo ser alumbrados por una vela, la explosión de un coche bomba a pocos metros de su residencia y
su repulsa a no poder pasear por parques y avenidas de anchas calles y
vidrieras inmaculadas. La historia de
los que hicieron detonar dicho artefacto mortal no la cuentan, y si se toman el
trabajo de describir a un subversivo es para resaltar el color cobrizo de su
piel o los andrajos con que viste. El drama o el amor de esos jóvenes que
trataron de acercar sus sueños a una realidad que los ignoraba no existen para
esas mentes abocadas en alabar el sistema neoliberal y los encargados de
vitalizarla.
Sin embargo, dentro de ese sinnúmero
de obras que novelan la lucha subversiva, el que más se acerca a la verdad y
cuenta la historia, no desde una ribera ni parapetado dentro de una unidad
móvil con lunas antibalas, sino desde el infierno mismo, es la novela Criba de
Julián Pérez. Si tiene una virtud esta obra, se evidencia en el análisis
introspectivo y artísticamente válido para reconstruir la violencia extrema de
esos años, donde la palabra, sin ningún rubor,
cedió paso a las armas.
Para informar sobre ese universo de
violencia Julián Pérez se valió de una estrategia narrativa simple, pero
interesante: un diálogo entre amigos, un manuscrito incompleto y el monólogo de Evangelina son suficiente para
contarnos la historia de Manuel Bajalqui, personaje central del relato. El reto
de Julián, contarnos la historia de los años ochenta en Ayacucho sin caer en el
panfleto o la banalidad sentimental se torna en real.
Este texto hermoso y reflexivo nos
permite comprender esos años de violencia extrema. Si él logra atraer nuestra
atención, es porque paralelamente al tema de la violencia le inocula el veneno
del amor. A la mujer, a la familia, al terruño.
En esta novela, Julián crea como en
Conversación en la Catedral, un universo onírico, abundante en personajes que
ostentan cierta semejanza con individuos reales, pero que han sido
transformados en fantasmas por la violencia o el amor, más allá de la vida.
Debe destacarse la construcción de personajes en la novela: no son demasiados y
están armados convincentemente, como es el caso del abuelo de Manuel. Este educa a su nieto con leyendas y mitos
ayacuchanos. Es un personaje épico, el héroe de Manuel, su paradigma, y sin
querer, este lo emula en ese escenario de horror total y humor negro.
Si Criba logra convertirse en un
relato conmovedor e inquietante, lo mejor de la novelística de la lucha
subversiva en los años ochenta y noventa, ello se debe a que Julián Pérez
trasciende el problema de la violencia política para ofrecernos la historia de
una ciudad plagada de almas en pena con una metáfora eficaz, un pensamiento
poético que nos permite adentrarnos en la mente de los jóvenes de esa época. Su
fábula es de gran ayuda para entender la historia y el drama de Ayacucho.
Criba rinde culto al realismo, pero no
puede desprenderse de un toque romántico.
Por las páginas de la novela se deslizan los
sueños y las pesadillas de Julián Pérez. No debemos olvidar que el autor de
Criba es ayacuchano, y si alguien podía novelar esos años de dolor y angustia
es justamente un nacido en esa tierra,
porque solamente una sensibilidad que estuvo muy cerca de los
acontecimientos, de los meandros de la historia, podía producir un relato de
esa calidad artística.
Ayacucho es una ciudad destruida, poblada de fantasmas como Comala de
Juan Rulfo, pero cuanto amor por esa tierra, sus habitantes y sus costumbres se
deslizan por las páginas de Criba. Si hay un espacio para la desesperación este
se debe a que ese mundo idealizado por el abuelo del personaje central se
desmorona por una violencia, no irracional, sino nacida de la efervescencia
producida por una juventud que dejó de lado los libros para empuñar las armas
en una guerra, que como dice Evangelina, amada de Manuel: estaba perdida de
antemano.
jueves, agosto 14, 2014
ESE CAMINO EXISTE DE LUIS FERNANDO CUETO
Fernando Cueto (Chimbote,
1964) El 2011 ganó el Premio Copé de Oro
en la III Bienal de Novela “Premio Internacional” con la novela: Ese camino existe. Lima, Ediciones Copé (2012) y al iniciar su
lectura asocie el título de dicha novela
con un libro poemas de Blanca Varela: “Ese puerto existe”. Pero, fuera
de esa inofensiva “comparación” de
lector la novela en sus 413 páginas me arrastró con atento interés desde la primera página: “… Un pájaro, eso parecía. Un pájaro triste y
cenceño. Cabeza morena y medio calva, nariz puntiaguda y ojos hundidos pero
fulgurantes..”(p.11) hasta que llegue a la página final “Su corazón se regocijó; aspiró a bocanadas el aire puro, emprendió el
descenso. Sus ojos estaban llenos de rostros, de muchedumbre, de pueblos
variopintos, de ríos indomables, lluvias incesantes, noches de luna y
amaneceres infinitos.” (p.413) Al
terminar la lectura sentí una
satisfacción por haber leído una gran novela. Pero quien era Fernando Cueto,
¿quién? Cueto era un escritor Chimbotano que me había impactado.
Por ahí, halle unos datos sueltos: Estudios primarios y secundarios en el
puerto de Chimbote, Estudios Superiores
de Derecho en la UPSMP carrera en la que ha logrado un posicionamiento
profesional importante a la fecha. Pero además me enteré que, Cueto perteneció
a la Policía de Investigaciones del Perú y quizás esa labor (1983-1990) le haya servido
como “experiencia” para trazar rasgos bien logrados de sus personajes militares
y policiales en varias de sus novelas. Personajes que se mueven entre la
perversidad, la miseria humana, la
locura y la muerte. Digo “sirvió” o “utilizó” ese conocimiento desde dentro
para que Cueto pueda ficcionalizar “lo real”
y “literaturilizarlo” logrando aciertos narrativos a través de su prosa
vigoroza y bien hilvanada. En sus novelas “hay un saber desde adentro” “un hablar con conocimiento” mostrando acciones
y costumbres militares, elaborar
discursos “militarizados”, Por ejemplo: “… ¿Y tú crees que yo me voy a tragar ese cuento?-dijo Escorpión-, La cosa
esta más clara que el agua: acá has
armado tu centro de adoctrinamiento, huevón. Ahora me vas a decir quiénes son
tus pupilos, a quienes les estás comiendo el cerebro para que ataquen la
fuerzas del orden.” (P.344) espacios
novelados que recrean perversidades, crueldades y agonías existenciales de las
acciones militares: “A cerebrito le
brillaron los ojos detrás de aquellos lentes tan gruesos como poto de botella.
No necesitó más ordenes, tomó al detenido de un brazo y lo condujo hasta el
fondo de la habitación, en donde ya se encontraban dispuestos para el
interrogatorio, un tablón de madera, una tina con agua, una silla y una soga.”
(P.271) Y cuando no, pendejadas y cinismo del actuar militar. Y también
rasgos del síndrome de guerra y locura hecho que se puede comprobar en el
accionar de varios militares como: Buldozer, Shogun, Escorpión, Josaca, Hiena, Quebrantahuesos, Otorongo, Mapache, Salomón etc. También
hallamos conocimiento y represión del
enemigo: “Despacio, con los ojos
entornados, el camarada Facundo bajo la cabeza, y, a esa leve señal, un
comunero de Churca, un joven recién adiestrado, apuñaló por la espalda a Perpetua. Fue tanta la
insania y vehemencia del comunero, que el camarada Alfonso tuvo que pegarle un
duro puñetazo en la nuca para que cese de atacar a la mujer” (P.p 208-209) Hechos
que inundan la novela que venimos comentando y que se ve también en otras novelas como: Días de Fuego, Chimbote: Río de Santa Editores, (2009) Editorial
San Marcos. (2009), Lancha
Varada, Chimbote: Río de Santa Editores.
(2007) Llora corazón, Editorial San Marcos. (2012)
Si bien Ese Camino existe, se inserta en el corpus de novelas que
tematizan “la violencia” como: Candela Quema luceros, Noche de relámpagos
de Félix Huamán Cabrera, Hora Azul de
Alonso Cueto, Retablo de Julián
Pérez, Rosa Cuchillo, El Cerco de Lima
de Oscar Colchado Lucio, Abril Rojo de Santiago Rocagiolo, De amor y Guerra de Víctor Andrés Ponce,
Un Rincón para los muertos de Samuel
Cavero, Cadena Perpetua, Viaje al corazón
de la guerra de Harold Gastelú, El
dolor en los labios de Carlos Rengifo, Un beso de invierno, el camino de Regreso de José de
Piérola, Adiós Ayacucho de Julio Ortega, La
niña de nuestros ojos de Miguel Arribasplata, El gran señor de Enrique Rosas Paravicino, En las fauces de las fieras de Carlos Thorne, La joven que subió al cielo de Luis Nieto Degregori, La noche y sus aullidos de Sócrates
Zuzunaga, Bioy de Diego Trelles, La
ciudad de los culpables de Rafael Inocente, Generación Coche bomba de Martín Roldán, etc. Nos da una visión “diferente
y personal” de la violencia que es vista desde el accionar de “Cubo” aquel
comando “sensibilizado y lleno de orfandad” que ve como los “camaradas” y los
“militares” ingresan a una espiral de Locura y sinsentido de una “lucha utópica de columnas
pobres que arrastran sus sueños entre el hambre, el frío y la muerte” y de una
“represión brutal y absurda de sujetos traumados y neurotizados por el miedo” como si el país en su totalidad formara parte de esa “locura” de la que sólo
ha quedado una huella de muerte, fosas, torturas, orfandad, pueblos arrasados,
mutilados en nuestra memoria que rogamos jamás se repita porque de por medio esta
la vida y la paz. La novela de Cueto es un ojo abierto de esa espiral de
violencia que vivió el país. Pero a la vez, es la cicatriz aún no cerrada de
los hombres que se involucraron en ese episodio violento que enlutó a nuestro
país. Es la novela que muestra a los personajes de ambos bandos (policías y
senderistas) ahogándose en la locura, la neurosis, la soledad, la muerte de sus
utopías. Una gran novela que nos recuerda que “Ese camino existe” e
irremediablemente hay que recordarlo desde la literatura para meditar que aún
nuestra memoria colectiva aún se halla teñida de dolor y sangre. Una novela que
ya ocupa su lugar en la buena narrativa desde Chimbote para el mundo.
miércoles, julio 16, 2014
lunes, junio 09, 2014
INDAGACIONES HETEROGÉNEAS (ESTUDIOS SOBRE LITERATURA Y CULTURA) DE CARLOS GARCÍA-BEDOYA
El impulso batallador y constante de Dante
Rosales y el equipo de Pakarina Editores, nos sigue impresionando con cada
edición de libros que tenemos la oportunidad de leer y disfrutar cada vez, que
accedemos a ellas. Un extraordinario y documentado libro que deseamos comentar
es: Indagaciones
Heterogeneas (Estudios sobre literatura y cultura) Pakarina Editores, 2012 de Carlos García-Bedoya que con rigurosidad y
afirmada reflexión epistémica indaga varios campos de la cultura literaria. Libro que exige
una lectura meditada y sostenida de cada “ensayo”. El libro está dividido en cuatro partes a saber: I
Indagaciones teóricas (3 ensayos), II Indagaciones Latinoamericanas (seis
ensayos), III Indagaciones Peruanas (8 ensayos), IV Otras indagaciones (2
ensayos) En conjunto Indagaciones es un
libro provocador para la reflexión, cuyo contenido es todo un reto para cualquier
“académico” o para el simple lector que desea estar informado sobre los
estudios culturales, ciencias sociales y ciencias humanas desde el campo de la
literatura. Reflexiones epistémicas, debates y posturas sobre las categorías latinoamericanas
en el contexto de la mundialización intercultural. Espacios de dialogía entre
humanismo y ciencia. Discusión y postura epistémica sobre el pensamiento colonial y decolonial. Un
libro que sustenta una forma de reflexión magistral: “Los cambios
trascendentales no pueden ser sólo políticos y económicos, tiene que ser
también cambios culturales..” (Pág. 19)
libro que interpreta, que enjuicia con certeza bibliográfica y que forma
opinión teórica. Pero el libro no solo presenta esa línea sino que se enriquece
con la revisión sobre los discursos creativos latinoamericanos. Así pasa
revista al fenómeno del Vanguardismo, del Boom y la nueva narrativa
hispanoamericana analizando el trabajo de Miguel A. Asturias, Alejo
Carpentier. Lee la obra de Clarice Lispector desde la postura de la
posmodernidad. Pasando a otras indagaciones
teóricas García- Bedoya reflexiona con
amplitud sobre la literatura peruana revisando la problemática del canon
literario peruano su conformación, sus fisuras y las diversas lecturas que se han propuesto
sobre las mismas. Por otro lado, trabaja
sobre el discurso criollo y el discurso andino en la literatura peruana
colonial. Se tiene en el estudio histórico de las élites andinas, la utopía
andina a partir del renacimiento inca.
Estudio los pasados imaginados a partir de dos obras dramáticas coloniales.
Ya con mayor contemporaneidad revisa la novela La ciudad de los Reyes de Pedro Dávalos
y Lisson. Más adelante revisa la obra de Ciro Alegría así como traza la trayectoria
del vanguardismo peruano para culminar
con un ensayo polémico sobre la aplicación de la categoría de “generación” y su
aplicación a la literatura peruana del siglo XX.
Indagaciones es un libro importante no sólo por ese “provocador e
informado epísteme” que lo sustenta sino por es un texto “imprescindible y
recomendado” para lectores “informados y atrevidos”.
jueves, junio 05, 2014
LA TORTUGA ECUESTRE Y SU PRESENCIA EN LA LITERATURA PERUANA
Sabemos que el poeta esta herido, pero lo que queda es esperar que el poeta se levante y siga regalándonos su revista: La Tortuga Ecuestre. Gustavo los poetas siempre caen pero se levantan. Desde aquí, fuerzas en este trance difícil. Como Homenaje a tu pasión por la literatura estas líneas sobre tu emblemática revista. Fuerza Gustavo, fuerza poeta.
Las
revistas literarias juegan un rol importante en los procesos de consolidación
de una generación literaria. El aparente
estado de precariedad en la edición o su circulación restringida a veces no nos permite valorarlas en su verdadera dimensión. Pero ahí, “caminan” llevando el
espíritu de una época. Convirtiéndose en papeles “de cultura” que guardan la
memoria de los expresan la literatura en toda su plenitud. Las revistas a veces
también nos llevan a comprender la
intermitencia de algunas de ellas que no pasan del número fundacional, o de
números espaciados en el tiempo. Hecho que no ha sucedido con la Tortuga
Ecuestre que pasa los 300 números a la fecha. Pero volviendo a la idea de
revistas “bisiestas” deseo citar la
ingeniosa frase de Manuel Atanasio Fuentes que decía a propósito de revistas
literarias: salir cuando se pueda o
cuando se quiera. Aún así, la presencia de ese único número o números
intermitentes de las revistas las convierten en
“fetiches fantasmales de papel” que se busca, se colecciona y se lee con
pasión y en el mejor de los casos están
reservados para una fervorosa investigación. Una revista literaria o de poesía como es el caso de la Tortuga
Ecuestre guarda celosamente trabajos iniciales de escritores que muchas veces llegan
con su quehacer escritural a convertirse años más adelante en grandes figuras.
Por citar un ejemplo la revista Literatura
que dirigieron y redactaron: Luis Loayza, Abelardo Oquendo y Mario
Vargas Llosa (1er N.- febrero de 1958) Nos
muestra trabajos iniciales de nuestro nobel de literatura.
Una revista no sólo se sostiene por la
“intención que la anima” sino por la pasión que imprime el director o editor de
la misma. De ahí, un homenaje y admiración al trabajo del poeta Gustavo
Armijos, artífice de esta “revista que es la memoria cultural de nuestra
poesía”. Una revista sirve para conocer
procesos de escritura de algún escritor que nos interesa, de los colectivos que
forman parte del proyecto editorial, sus perspectivas estéticas, creativas y sus
propuestas ideológicas. Por otro lado, es posible hallar también en una revista
importantes “ensayos”, “artículos”, “notas” y “creación” que refleja espacios
discursivos de una época. Las revistas explican formas de pensar, de actuar
frente a la literatura. Las revistas por
su naturaleza difusora de cultura son un buen pretexto para los
“investigaciones literarias” y lo más importante son espacios de cultura
literaria de un país que a veces muy
poco se conoce. Luis Fernando Vidal en
un importante artículo sobre las
revistas señalaba: “… El viejo vicio del centralismo gravita de modo determinante y negativo.
La mayor producción editorial del país corresponde a Lima y el poder irradiador
de este fenómeno obstruye la difusión de las revistas de otras ciudades.” Hecho comprobable por el porcentaje de atención
que se presenta a las revistas editadas en la urbe, descuidándose las ediciones
de revistas en provincias. Frente a este hecho que solo es un problema
insalvable se hace urgente realizar un
mapeo bibliográfico completo de las revistas literarias de nuestro país para
iniciar luego un minucioso estudio en equipo.
Las
revistas literarias por otro lado, conservan la fuerza avasalladora de la
juventud que las publica. Muchas revistas grafican la “emotividad” “el hervor
incansable” de la juventud. Algunas no pierden esa fuerza si que estas continúan
editándose. En ese hacerse la revista se convierte en un medio para la
escritura y la difusión de “ideas”. Que poeta joven o narrador en sus acciones
fundacionales no ha sentido la “necesidad” de inventarse una tribuna para
mostrar su escritura. Las condiciones de edición pueden ser duras para mantener
la edición de manera periódica. Pero
cuando se es consciente que tras el “deseo” de publicar se muestra el espíritu
de una época esta publicación se llena de pasión por la literatura. Hecho que
podemos palpar en la revista la Tortuga Ecuestre que esta noche es valorada.
Lo
que no queda claro es como entender los tipos de revistas literarias que
existen en nuestro país. De ahí, que me
atreva a plantear un plataforma inicial de su tipología atendiendo ciertas
características de las mismas. Así tendríamos:
1er
criterio: Revistas de difusión informativa y de análisis político y literatura.
Revistas
de análisis político literario.- cuya influencia de lectoría se orienta a
informaciones de coyuntura política pero que consideran una sección literaria
importante. Aquí hallaríamos revistas como: Si, Caretas, Marka, Zurda, La
Calle, Jornal, Quehacer.
Revistas
culturales de diarios de circulación masiva.- aquí mencionamos todos los
suplementos culturales de los diversos diarios. Mención especial a suplementos
históricos como: Variedades, Dominical del Comercio, Domingo de la República,
Asalto al cielo, Canto Rodado, Caballo
Rojo, Unicornio, etc.
2do
criterio:
Las
revistas tradicionales o las que han marcado una época en la difusión de la
literatura. Aquí señalamos a: La Revista, El Perú Ilustrado, El Ateneo, La
Neblina, Lima Ilustrada, Variedades, Mundial, Contemporáneos, Colónida,
Balnearios, Mercurio Peruano, Amauta, Boletín Titikaka, Jarana, Mar del Sur,
Las Moradas, Letras Peruanas, El Huso de la palabra, Chirapu, Creación y crítica,
Tareas del pensamiento peruano, Harawi, Piélago,
Cultura y Pueblo, Visión del Perú, Narración, Amaru, Textual, La Tortuga
Ecuestre.
Las
revistas que registran épocas o movimientos literarios o grupos literarios aquí
tendríamos a las revistas vanguardistas: Trampolín – Hangar- Rascacielos –
Timonel, Jarana, Poliedro, Amauta, Guerrilla, La sierra, Boletín Titikaka, etc.
Para el modernismo: Colonida, para la generación del 50 Letras peruanas etc.
Las
revistas en vigencia: las que a la fecha continúan saliendo. Aquí consigamos
revistas como: RCLL, Hueso Húmero, Lienzo, Voces etc,
3er
criterio.- Por auspicio o por actividad institucional o individual.
Revistas
institucionales: las que pertenecen o
están vinculadas a Instituciones
(universidades, ONGs, Asociaciones etc) aquí consignamos a: Tradición
(URP), Cantuta (UNE), Letras, Escritura y pensamiento, (UNMSM) Umbral (UPRG) Tipshe (UNFV) Revista
universitaria (USAC) Fénix, Artes y letras (BN) Lexis (PUCP) Lienzo (UL).
Revistas independientes, autogestionadas, colectivas,
universitarias. Son la mayoría de revistas que se conocen en la actualidad.
4to
criterio: Atendiendo la temática que se presenta en la revista.
Revista
de poesía.- Las que muestran poetas
consagrados, las que dan a conocer
nuevas voces poéticas. Revistas como: Harawi, La Manzana Mordida, La
Tortuga Ecuestre, Peregrín, Voces, Cuadernos trimestrales de poesía,Etc.
Revistas
miscelánicas.- las que conjugan creación, crítica y reseñas. Revistas como:
Hipócrita lector, Dedo crítico, Lluvia, Fin de siglo, Ajos & Zafiros, etc.
Revistas
de narración.- Se dedican únicamente a mostrar textos narrativos. Revistas
como: Cuadernos de Composición, Diégesis, Ñandu desplumado, El narrador, etc.
Revistas
de Crítica.- Se dedican principalmente a
la reflexión crítica como eje central de su trabajo. Revistas como: Contexto,
RCLL, Arteidea, Discursiva, Lhymen, Escolios, etc.
5to
criterio. Por el lugar de edición
Revistas
metropolitanas.- Editadas en Lima. Revistas como: Casa de Citas, Sol de ciegos,
Fin de siglo, Revista peruana de literatura, Revista Hispanoamericana, etc.
Revistas
provinciales.- Editadas en diversos
partes de nuestro país. Revistas como: Siete culebras, Siete vientos, Golpe
literario, Letra muerta, Alborada, pez de Oro, Kolpa Etc.
Corría
los días de Enero de 1973 los jóvenes poetas: Juan carlos Lázaro, Elías Duran,
Santiago López Maguiña, Gustavo Armijos e Isaac Rupay iniciaban el camino de la
emblemática revista La Tortuga Ecuestre
que a la fecha no ha cesado de galopar. Han pasado cuarenta largos años y la
revista se ha convertido en la “memoria
viva” de la poesía peruana. Sus páginas han visto desfilar a una multitud y
generosa pléyade de poetas peruanos. Sin lugar a dudas La Tortuga Ecuestre a lo
largo de estas cuatro décadas se ha convertido “en la mejor antología de la
poesía peruana” Una antología plural, de rescate y de memoria de la poetas de
reconocida palabra poética como la de aquellos jóvenes poetas que inician su
búsqueda de la “poesía que los afirme” como auténticos artistas. Revisando
algunos números hallamos poemas de Martín Adán, Xavier Abril, Leoncio Bueno,
Livio Gómez, Mario Montalbetti, Roger Santibáñez, Cesáreo Martínez, Jorge
Pimentel Armando Arteaga, Armando Rojas, Marco Martos, Tulio Mora, Jorge
Eslava, Boris Espezua, Alberto Valcárcel, Juan Cristobal, Rocío Silva
Santisteban, Juan Ojeda, Eduardo Chirinos, Miguel A. Guzmán, Dimás Arrieta,
Miguel Idelfonso, Carlos Oliva, Elí Martín, José Rosas Ribeyro, Oscar Aragón ,
Enrique Verástegui, Sonia Luz Carrillo, César Toro Montalvo, Aidé Romero, Guido
Fernández de Córdova, Segundo Cancino, Fredy Gambeta, José Luis Ayala, Raúl
Jurado Párraga. Oscar Málaga, Eloy Jauregui, Rafael Alvarez, Jorge Espinoza
Sánchez, Javier Huapaya, Max Dextre, José Ruiz Rosas, Augusto Tamayo Vargas,
Ruperto Macha, Sigfrido Burneo, Houdini Guerrero, Luis Eduardo García, Iván
Suárez Morales, Jorge Ita, Carlos Bayona, Doris Moromisato, José María Gahona,
Denisse Vega, Willian Gonzales, etc. La lista es interminable pero lo más
importante es reconocer que la Tortuga a lo largo de este tiempo ha regalado
sus páginas para que con estas se edifique
la “verdadera historia de la poesía peruana”. En nuestro país a veces no
se presta importancia al estudio de los contenidos que tienen las revistas pero
como siempre es la historia la que se encargara a fortalecer la importancia de dichas
publicaciones. La Tortuga a lo largo de sus 328 o más números a la fecha se
presenta como un caso “suigeneris” de
permanencia, del amor a la literatura. Y es ahí, donde la figura de su director
el poeta Gustavo Armijos resulta capital. Armijos con paciencia “invita” al
poeta a publicar en su emblemática revista. Lee, selecciona, edita y circula la
revista con ejemplar valentía. Armijos tomó la posta de Rupay y corporizó la
revista hasta regalarnos el sueño de la permanencia respirando poesía y vida. Y
es algo que agradecemos sus amigos. Estoy, estamos seguros que hay Tortuga para
rato. Salud poeta Gustavo Armijos por ese pedazo de corazón que huele a tinta
en cada página de tu invaluable revista.
Salud por permitirnos sentir como la poesía ha inundado nuestra literatura y el
más importante saber que es posible aún respirar poesía en tiempos de facebook.
Y eso realmente nos humaniza en la
poesía.
BIBLIOGRAFIA
CONSULTADA
Catálogo
(30 años de Poesía peruana en revistas (1971-2000) Lima: UNMSM, 2002.
Responsable: Gonzalo Espino. Pp.131.
Barquero,
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cultural de la Universidad Nacional del Centro del Perú” Abril-Junio, 1977. Pp. 139-146.
Beltrán
Peña. José. “Revistas literarias peruanas de la generación del 90”. En Palabra
en libertad. N.- 6, Lima, diciembre 2001 – Enero 2002, Pp.108-113.
Freyre,
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peruana de los últimos cincuenta años” En: Palabra y Libertad N.- 2 año 2,
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Vidal, Luis Fernando. “En torno a las revistas literarias (1975-1979)”. En: Lluvia. Año II. No. 5. Lima, diciembre de 1979; Pp. 47-58.)