miércoles, enero 16, 2008

LAS ARMAS DE JUAN RAMIREZ RUIZ : SUS VERSOS


Si las armas no se hicieron polvo
un poeta a su muerte menos todavía.

Escribe: Roque Ramírez Cueva

Las Armas Molidas es un libro de poesía denso en símbolos, lato en temas nacionales que son universales, ergo de lectura fácil para el sensible lector en asuntos del País continente de los de Abajo nuestro y no ajeno, un libro pletórico, exultante en significaciones polisémicas que nos muestran el tránsito de la nación ayer, desde luego las muchas naciones que fuimos y de las naciones hoy que somos ¿seremos? Sin embargo este asunto literario tan accesible a ese ojo que mira más de lo que alcanza a ver (parafraseando a Julio Carmona), le esconde, le zafa el cuerpo, apenas si le muestra los sueltos vocablos sin contexto ni texto al lector insensible por dos.
Insensible por su origen del país de los de arriba o insensible siendo de abajo por mirar sin ver la maniobra a los de arriba. Una primera estancia aquí. La construcción antilineal de mis textos tienen una intencionalidad de solidarizarse con la construcción lírica honda pero no insondable del poeta entero que fue y es Juan Ramírez Ruiz, a modo también de un saludo que se soslayó o talvez se entrecruzó en el Jirón Quilca, ese barrio musa de los creadores cuando pisan suelo en Lima.

En Armas Molidas, Ramírez Ruíz muestra y demuestra las naciones nuestras, confirma su transcurrir deconstruyendo la historia: el Perú invadido lo mismo hoy si ayer y presenta la otra cara de la medalla de lo que fuimos o de lo que dicen no fuimos. No por algo la voz lírica de Armas Molidas, susurra en el grito una interrogante actualísima ¿quién dice que los invasores hicieron polvo las armas resistentes? Y enlaza una concatenación no caótica de afirmaciones que no lo son porque nos vienen envueltas en interrogantes signos:
“Cómo se llamaban los yanaconas los mitayos los hatunrunas golondrinos a Manco Inca unidos”
“Quién además de Cahuide – Tampu Aysu Pisac...
Lorenzo Farfán de los Godos.... acompañaron a
Quisu Yupanqui”
El lector lego en historia andina y real debe enterarse de Manco Inca y Cahuide como los hombres de la resistencia rescatados para no los textos escolares; mas no son los únicos, afirma la voz poética, entre millones miles:
“...¡Hasta las briznas son pocas: no se puede
ay, contar con ellas a todos los caídos”
“...La guerra al suelo va aferrada
y sólo acaso con el cadáver de uno mismo
se borrarán las grietas que el suelo le coloca”
Es obvio, este libro de poemas, digo su creador no se conforma con la lírica voz sino que da tribuna a las otras voces, las de los que resistieron y resistirán en esa longura bélica, la cual empezó cuando nos sentimos traicionados por ofrecer, ingenuos, aposento al invasor. Aquestas voces de hoy, como canta la copla popular, quieren hacer florecer del carbón silente su fuego crepitante y así nunca olvidar:
“Pero la brasa encendida atrae y acoge
los nombres venerables – y los deja en el canto”
“Levantando montañas para que mi rumbo pase lego nombres para – por con ellos recordar”
Nos queda claro en plan de no meros lectores que no es la palabra lírica o voz (formal) sino su antitesis desorientando porque orientar no basta si el propósito es construir utopías, a éstas también hay que descodificarlas. Entonces no nos propongamos un Norte porque éste es el Sur, y éste el Norte. Luego, apuntemos en el horizonte a nuestro Sur, allí estuvo y experimentamos el pasmo de la aventura creadora, fazedora. Esta metáfora, por cierto, del Sur que en realidad es el Norte orientador, es una constante en la poesía de Juan Ramírez Ruíz, el tema aparece en el poema en loor a Mario Luna con que los amigos y leales lectores honran la partida, el tiempo finito del propio Juan Ramírez Ruíz, digo finita porque ha pasado a la infinita vida en el parnaso del País de los de Abajo:
“reuní en mí la vida que pasaba Norte
cuando el Perú y yo veníamos Sur..”
Esta breve lectura, reseña no deliberada de si apenas tres cantos (18 – 19 – 20) de Armas Molidas, compuesto de 71 cantos, más dos epílogos e índices decodificadores, publicado en 1996 por Arteidea editores; no es más que un pretexto para decir que ha muerto (fuera de la retórica del parnaso de los de Abajo) un poeta en el bi-estilo peruano: al estilo del Estado que los mantiene en la miseria económica a los creadores e intelectuales anti Quo, pero no en lo moral, espiritual (no es blasfemia) ni en lo ético porque en esto último, en verso de Borges, son altos y cabales que es el estilo de los creadores populares. Un pretexto para despedirlo de la finitud a la infinitud de su obra vida en el abrazo fraterno que en su “soledad sin soledad siquiera” (verso de Juan Luis Velásquez) no tuvo.
Un pretexto para soltar en el descuido válido de la emoción un desatino, quizás acorde al cristal con que se mire (¿anónimo?) y unirse a la protesta, como bien la han enarbolado jóvenes creadores de Chiclayo, para que las instituciones ni funcionarios del Estado se abstengan de ofrecer homenajes a los creadores del País de los de Abajo que en la visión de Juan Ramírez Ruíz no implica estar bajo de, recordando que el Estado tiene su estilo en la estima dada a los creadores del Perú – País doble nación que no es lo mismo que múltiples naciones. Un pretexto para saludarlo en el desde ahora mediante su propia voz no final mañana allá no aquí estaremos estará:
“Quedarán los poetas trajeados con su el rumbo entero
y quedarán mis nombres reunidos en mi nombre nuevo”
quedarán perennes los vuelos de las playas
si del subsuelo del mar parten,
y al suelo perfumado luego suben,
para ir con la multitud
entre la procesión de estrellas...”

JUAN RAMIREZ RUIZ Y UN PAR DE VUELTAS POR LA REALIDAD


Raúl Jurado Párraga

Los poetas tienen esa imagen que les da la sociedad: rebeldes, marginales, alcohólicos, drogadictos, enajenados, enjaulados en su castillo de marfil o simplemente lúcidos para morirse de cultura en un país inculto. Es esta sociedad la que encasilla a esos lúcidos seres en los bares, en el desempleo, en el vivir cotidiano haciendo añicos su vida. Es la sociedad y sus instituciones las que tratan con desdén absurdo la cultura, la literatura, la poesía. Un país y una sociedad como la nuestra hecha para la muerte nos acerca al espectáculo del olvido cotidiano del artista y mucho más de un poeta auténtico. Juan Ramírez Ruiz se ha ido sin pedirle nada a nadie. Un país necrofílico realiza homenajes necrofílicos y como tal, hay que morirse de vida miserable y olvido cultural en este país. Los poetas son esos seres que se van cuando nadie se los pide. Pero tras de su muerte queda su obra que lo sobrevivirá y si es un poeta auténtico mucho más. A estas alturas los homenajes son puro excremento discursivo. Frente a estos hechos innobles como no compartir la rabia de los que conocieron mucho más al poeta por mencionar a: Carlos Ostolaza. Jorge Pimentel, Enrique Verástegui, Roger Santivañez, Armando Arteaga, Tulio Mora, Domingo de Ramos, Teofilo Gutiérrez, Willy Gómez, Gustavo Armijos, Jorge Luis Roncal etc . . También estamos los “otros” que nos acercamos con respeto y admiración a su obra y persona. Ahí, estaba el autor de Un par de vueltas por la realidad (1971), Vida Perpetua (Editorial Ames 1978) la Armas Molidas (Arteidea Editores 1996), tranquilo y amable al comienzo de la noche, pero lúcido e infernal a la medianoche. Sus poses y palabras son recuerdos que se guardan como alfileres en el corazón. Al enterarme de su partida a la vida perpetua al azar tomé su primer libro y hallé estos versos: sea así o no PONDRE DOS CONSEJOS/ UNO los enamorados que se amen mucho/ no caminen tarde en la noche y/ DOS, tengan cuidado con los carros/ los que han cumplido mas de los 40 años/ y sufren de miopía/ Y cuidado, tengan mucho cuidado ustedes. Y realmente esos versos proféticos me hizo recordar su imagen que apareció con nitidez. Lo vi recostado en el puesto de periódicos frente a Queirolo fue la última vez, que lo salude. Hoy no quiero caer en el dolor, ni menos en la rabia. Mejor recuerdo otros versos del poeta Horaceriano: Mi cuerpo está lleno de poemas y/
Salgo a las calles a repartirme como obsequio/ y he demostrado que soy este cuerpo/ estremecido por la rala luz que se confía a mis congéneres,/ este cuerpo amargo sobre el que lloro:/ Mis brazos han crecido increíblemente/ y reconozco que mi semblante me ha traído complicaciones, reconozco que mi cariño infinito me lastima/ ahora que yo se regala incontenible , y cuando la lluvia/ en la plaza Manco Cápac no es lluvia en la Plaza manco Cápac./ Y cuando el individualismo se enreda y me llega a las pelotas/ aquí estoy yo, vivo y fogoso/ Y Latinoamérica devuelve mi carta cuando la miro,/ el Día se abre para que este cuerpo pase,/ el viento roza mis orejas, y fogoso y limpio/ a través de estas avenidas silenciosas. / Aquí estoy yo. Y esta aquí en la esquina más limpia de la amistada Juan Ramírez Ruiz eres el júbilo.

domingo, enero 06, 2008

martes, enero 01, 2008

AÑO 2008


Que comienze un nuevo año y que las cosas mejoren para todos aquellos que le gusta ponerse metas. Que los que sueñan tengan más triunfos. La vida es para los gigantes de ideas. El mundo es para los atrevidos muertre a los derrotistas y conformistas. Salud a los osados y vanguardistas. El Año 2008 es un año de fuerza y alegria. Los cantuteños deben ser más atrevidos y mirar mejor el futuro. Aquí les dejo la foto de mi hijito menor en plena celabración de la llegada del 2008.