sábado, octubre 11, 2014

WELBER CÁRDENAS DÍAZ Y EL LLANTO DEL AYAYMAMA


Welmer Cárdenas Díaz,  con prosa musical nos regala una novela que relata la vida y pasión de uno de los  grupos musicales más importante de la Amazonía: Juaneco y su Combo. La novela, relata con elegancia y con prosa justa la historia de este emblemático grupo fundado por Juan Wong. La novela es un pentagrama de acordeón, guitarras y galopante percusión en clara contrapunto  donde la sensualidad, el misterio, la muerte, la fiesta, la nostalgia, el dolor, el arrebato erótico se mezclan en sinfónica composición.  La novela va trazando la vida de Noé Fachín, Walter Domínguez, Wildoro Casique, Rosendo Hidalgo, Wigberto Murrieta, Jayro Aguilar, Juvencio Pinchi, Juan Carlos Zuviate.  La aventura de sus inicios en el arte de alegrar a la gente. Sus penas, sus amores, su tragedia en el accidente aéreo de Lansa. La novela inserta  la euforia de la fiesta de año nuevo, la mitificación de los niños convertidos en aves del mito del ayaymama,  la rivalidad futbolística, amores glorificados por la pasión y la música. Una novela bien narrada, una prosa poetizada que muestra el talante   de un gran narrador cuyo trabajo nos da la oportunidad de estar frente a un valioso  escritor cuya obra va consolidándose con solidez y prestancia que reclama nuevos lectores. 

martes, setiembre 30, 2014

El HOMBRE DE POMPEYA DE CARLOS GARCIA MIRANDA


Novela escrita desde el sincero corazón caminante del novelista. El hombre de Pompeya. Lima: Dedo crítico Editores (2014) de Carlos García Miranda (1968-2012). Es sin duda, una novela que resume el talento narrativo del “desaparecido” y talentoso docente y estudioso Sanmarquino. Esta novela póstuma es prueba de la prolongación del trabajo de escritura  que dejó García Miranda que ha sido publicado por la generosa amistad de sus amigos y que los lectores agradecemos con entusiasmo por que nos permite “enjuiciar” con nuestra lectura el “virtuosismo narrativo” contenido en las 185 páginas de esta historia. El Hombre de Pompeya es parte del proyecto narrativo  que comenzó con un inquietante libro de relatos: Cuarto desnudo (1996). Y que continuó con la novela: La puertas (2012). A la que hay que agregarle su ensayo: Utopía negra. Identidad y representación en la narrativa negrista de Antonio Gálvez Ronceros (2009) Estamos enterados además, que dejó casi culminado un proyecto mayor (su trabajo de investigación para obtener su doctorado en la Universidad Complutense de Madrid) sobre la obra del cronista indio Huamán Poma de Ayala.
El Hombre de Pompeya, es la novela que relata la vida  de un joven profesor  universitario que se mueve en los márgenes de la soledad, el aburrimiento y la genialidad de adaptación al medio. Adrián Garcilaso es el sujeto que ve con abulia lo que le rodea. Añora y odia a su mujer Agnes de quien está separado.  Adrián desde su postura contemplativa ve el “discurrir sus días”  su repetitiva cátedra universitaria, sus viajes a dictar cursos de capacitación como la descrita  en la parte inicial de la novela, sus amoríos furtivos (Enma, Renata) sus largas caminatas por librerías y calles de una aplastante Ciudad horrible  que le va “quitando las ganas de vivir”. Aquella a quien Lucas el delirante amigo “editor” de Adrían  “hablaba de lo fea que estaba la ciudad, con su cielo gris  y sus edificios sucios, y de la mala suerte que les tocó nacer en el Perú" (pág, 53) Vemos a  un Adrían moviéndose en una ciudad que lacera pero que a la vez, lo libera para dedicarse a una “pasión” escondida y prohibida: La venta de libros incunables, primeras ediciones, rarezas bibliográficas a coleccionistas europeos. Para este negocio Adrián se convierte en “reducidor” de libros robados a bibliotecas  de instituciones públicas y privadas. Hecho que se convertirá en la causa principal de una denuncia que provocará que Adrián sea “obligado” o “ayudado”  a viajar a España. “El decano volvió  a abrir la carpeta y comenzó a leer en voz alta./- Una veintena de libros robados de la biblioteca y vendidos, según consta en los testimonios de algunos empleados, a Ud; profesor; seis denuncias notariadas sobre acoso sexual a estudiantes contra Ud.; otras cinco denunciándolo por tráfico de notas…” (pág, 94) Si bien la novela centra la historia en  la “vida” del profe  esta se enriquece con la historia escondida del frustrado poeta “Lucas” quien da a Adrián el manuscrito de Noemí Lagunas un connotada militante de Sendero Luminoso, que provocará que Adrián se halle en peligro constante e incluso asista a presenciar como “queman” su departamento en donde se hallaban “las preciosas cajas de libros y documentos de esa secreta secta La Rosa”  comprados a la dueña de la biblioteca Zaldulegui. Así mismo, su posterior “exilio” en un pueblo joven al amparo de Celia hasta que logre viajar a España.

Por otro lado, existe la historia del profesor Adrián “crítico agudo”, lector infatigable que asume posturas “críticas” como aquella escena “risible y grotesca” del poeta Limón  autor del poemario “cansancio”  quien  busca el ansiado prólogo del profesor Adrian que nunca llegará. La novela así mismo, en afán provocador a través de la fina ironía de Adrían “enjuicia” carnavalescamente a narradores, críticos y editores  así desfilan “disfrazados” escritores como: Miguel Gurruchaga, Alonso Quieto, Milla Balmes, García –Miramar, Fernando Riera, Pedro Loza, Bosso, Thait, Somocursio, C.E Zapatero, Anastacio González-Gil, Víctor Corrales etc. Guiños y palos a “pretenciosos escritores”. El Hombre de Pompeya además resulta para  mi gusto una novela de mucha fuerza y sincera historia. Aquella que nos lleva de la mano a Europa buscando la pista de esa “secta secreta” que guarda la memoria de documentos valiosos de nuestra historia cultural. Y la historia íntima de un profesor apasionado por la cultura, por la vitalidad de vivir la vida a pesar de la muerte. Una novela de fibra que encontrará su sitio en la narrativa peruana cuando se lea con calma y agudeza esta novela escrita por Carlitos Miranda a quien siempre le guardaremos admiración y recuerdo pleno de aceptarlo como un reptil urbano petrificado pero viviendo  bajo las luces de la eternidad que aún nos acompaña.

miércoles, setiembre 17, 2014

CRIBA DE JULIÁN PÉREZ

CRIBA,  Es la novela ganadora del Premio Copé recibió una acertada lectura por parte de Santiago López Maguiña artículo que puede leerse en:  http://slopezma.blogspot.com/   y para ampliar su lectura Alfonso Torres Valdivia autor de : Inorgásmica, Limpiamundo, y otros libros nos envía la siguiente  reseña que damos a conocer.


Julián Pérez: Criba.Ediciones Copé, Lima, junio de 2014, 369 pp.

Sobre la violencia política ocurrida en los años ochenta se han escrito muchas novelas: Candela quema luceros, de Félix Huamán, Abril rojo de Santiago Roncagliolo, La hora azul de Alonso Cueto, Rosa cuchillo de Colchado Lucio y muchas más. Algunas de ellas,  son producto de pesadillas o interpretaciones subjetivas para explicarnos la violencia de esas décadas consideradas pérdidas para muchos economistas y sociólogos del primer mundo.
 Los autores de muchos de esos relatos, nos cuentan cómo la falta de fluido eléctrico arruinó su infancia. Es evidente que esa visión es parcial, se centra en  el terror que les produjo ser alumbrados por una vela, la explosión de un  coche bomba a pocos metros de su residencia y su repulsa a no poder pasear por parques y avenidas de anchas calles y vidrieras inmaculadas.  La historia de los que hicieron detonar dicho artefacto mortal no la cuentan, y si se toman el trabajo de describir a un subversivo es para resaltar el color cobrizo de su piel o los andrajos con que viste. El drama o el amor de esos jóvenes que trataron de acercar sus sueños a una realidad que los ignoraba no existen para esas mentes abocadas en alabar el sistema neoliberal y los encargados de vitalizarla.
Sin embargo, dentro de ese sinnúmero de obras que novelan la lucha subversiva, el que más se acerca a la verdad y cuenta la historia, no desde una ribera ni parapetado dentro de una unidad móvil con lunas antibalas, sino desde el infierno mismo, es la novela Criba de Julián Pérez. Si tiene una virtud esta obra, se evidencia en el análisis introspectivo y artísticamente válido para reconstruir la violencia extrema de esos años, donde la palabra, sin ningún rubor,  cedió paso a las armas.
Para informar sobre ese universo de violencia Julián Pérez se valió de una estrategia narrativa simple, pero interesante: un diálogo entre amigos, un manuscrito incompleto y el  monólogo de Evangelina son suficiente para contarnos la historia de Manuel Bajalqui, personaje central del relato. El reto de Julián, contarnos la historia de los años ochenta en Ayacucho sin caer en el panfleto o la banalidad sentimental se torna en real.
Este texto hermoso y reflexivo nos permite comprender esos años de violencia extrema. Si él logra atraer nuestra atención, es porque paralelamente al tema de la violencia le inocula el veneno del amor. A la mujer, a la familia, al terruño.
En esta novela, Julián crea como en Conversación en la Catedral, un universo onírico, abundante en personajes que ostentan cierta semejanza con individuos reales, pero que han sido transformados en fantasmas por la violencia o el amor, más allá de la vida. Debe destacarse la construcción de personajes en la novela: no son demasiados y están armados convincentemente, como es el caso del abuelo de Manuel. Este  educa a su nieto con leyendas y mitos ayacuchanos. Es un personaje épico, el héroe de Manuel, su paradigma, y sin querer, este lo emula en ese escenario de horror total y humor negro.
Si Criba logra convertirse en un relato conmovedor e inquietante, lo mejor de la novelística de la lucha subversiva en los años ochenta y noventa, ello se debe a que Julián Pérez trasciende el problema de la violencia política para ofrecernos la historia de una ciudad plagada de almas en pena con una metáfora eficaz, un pensamiento poético que nos permite adentrarnos en la mente de los jóvenes de esa época. Su fábula es de gran ayuda para entender la historia y el drama de Ayacucho.
Criba rinde culto al realismo, pero no puede desprenderse de un toque romántico.
 Por las páginas de la novela se deslizan los sueños y las pesadillas de Julián Pérez. No debemos olvidar que el autor de Criba es ayacuchano, y si alguien podía novelar esos años de dolor y angustia es justamente un nacido en esa tierra,  porque solamente una sensibilidad que estuvo muy cerca de los acontecimientos, de los meandros de la historia, podía producir un relato de esa calidad artística.
   Ayacucho es una ciudad destruida, poblada de fantasmas como Comala de Juan Rulfo, pero cuanto amor por esa tierra, sus habitantes y sus costumbres se deslizan por las páginas de Criba. Si hay un espacio para la desesperación este se debe a que ese mundo idealizado por el abuelo del personaje central se desmorona por una violencia, no irracional, sino nacida de la efervescencia producida por una juventud que dejó de lado los libros para empuñar las armas en una guerra, que como dice Evangelina, amada de Manuel: estaba perdida de antemano.


                                                                                 


jueves, agosto 14, 2014

ESE CAMINO EXISTE DE LUIS FERNANDO CUETO

Fernando Cueto (Chimbote, 1964) El 2011 ganó el Premio Copé de Oro  en la III Bienal de Novela “Premio Internacional”  con la novela: Ese camino existe. Lima, Ediciones Copé (2012) y al iniciar su lectura asocie el título de dicha novela  con un libro poemas de Blanca Varela: “Ese puerto existe”. Pero, fuera de esa inofensiva “comparación”  de lector la novela en sus 413 páginas me arrastró con atento interés  desde la primera página: “… Un pájaro, eso parecía. Un pájaro triste y cenceño. Cabeza morena y medio calva, nariz puntiaguda y ojos hundidos pero fulgurantes..”(p.11) hasta que llegue a la página final “Su corazón se regocijó; aspiró  a bocanadas el aire puro, emprendió el descenso. Sus ojos estaban llenos de rostros, de muchedumbre, de pueblos variopintos, de ríos indomables, lluvias incesantes, noches de luna y amaneceres infinitos.” (p.413)  Al terminar la lectura  sentí una satisfacción por haber leído una gran novela. Pero quien era Fernando Cueto, ¿quién?  Cueto era un  escritor Chimbotano que me había impactado. Por ahí, halle unos datos sueltos: Estudios primarios y secundarios en el puerto de Chimbote,  Estudios Superiores de Derecho en la UPSMP carrera en la que ha logrado un posicionamiento profesional importante a la fecha. Pero además me enteré que, Cueto perteneció a la Policía de Investigaciones del Perú   y quizás esa labor (1983-1990) le haya servido como “experiencia” para trazar rasgos bien logrados de sus personajes militares y policiales en varias de sus novelas. Personajes que se mueven entre la perversidad, la miseria humana,  la locura y la muerte. Digo “sirvió” o “utilizó” ese conocimiento desde dentro para que Cueto pueda ficcionalizar “lo real”  y “literaturilizarlo” logrando aciertos narrativos a través de su prosa vigoroza y bien hilvanada. En sus novelas “hay un saber desde adentro”  “un hablar con conocimiento” mostrando acciones y costumbres militares, elaborar  discursos “militarizados”, Por ejemplo: “… ¿Y tú crees que yo me voy a tragar ese cuento?-dijo Escorpión-, La cosa esta más clara  que el agua: acá has armado tu centro de adoctrinamiento, huevón. Ahora me vas a decir quiénes son tus pupilos, a quienes les estás comiendo el cerebro para que ataquen la fuerzas del orden.” (P.344)  espacios novelados que recrean perversidades, crueldades y agonías existenciales de las acciones militares: “A cerebrito le brillaron los ojos detrás de aquellos lentes tan gruesos como poto de botella. No necesitó más ordenes, tomó al detenido de un brazo y lo condujo hasta el fondo de la habitación, en donde ya se encontraban dispuestos para el interrogatorio, un tablón de madera, una tina con agua, una silla y una soga.” (P.271) Y cuando no, pendejadas y cinismo del actuar militar. Y también rasgos del síndrome de guerra y locura hecho que se puede comprobar en el accionar de varios militares como: Buldozer, Shogun, Escorpión, Josaca,  Hiena, Quebrantahuesos,  Otorongo, Mapache, Salomón etc. También hallamos conocimiento y represión del enemigo: “Despacio, con los ojos entornados, el camarada Facundo bajo la cabeza, y, a esa leve señal, un comunero de Churca, un joven recién adiestrado, apuñaló  por la espalda a Perpetua. Fue tanta la insania y vehemencia del comunero, que el camarada Alfonso tuvo que pegarle un duro puñetazo en la nuca para que cese de atacar a la mujer” (P.p 208-209) Hechos que inundan la novela que venimos comentando y que se ve también  en otras novelas como: Días de Fuego, Chimbote: Río de Santa Editores, (2009) Editorial San Marcos. (2009),  Lancha Varada, Chimbote: Río de Santa Editores. (2007) Llora corazón, Editorial San Marcos. (2012)

Si bien Ese Camino existe, se inserta en el corpus de novelas que tematizan “la violencia”  como: Candela Quema luceros, Noche de relámpagos de Félix Huamán Cabrera, Hora Azul de Alonso Cueto, Retablo de Julián Pérez, Rosa Cuchillo, El Cerco de Lima de Oscar Colchado Lucio,  Abril Rojo de Santiago Rocagiolo, De amor y Guerra de Víctor Andrés Ponce, Un Rincón para los muertos de Samuel Cavero, Cadena Perpetua, Viaje al corazón de la guerra de Harold Gastelú, El dolor en los labios de Carlos Rengifo, Un beso de invierno,  el camino de Regreso de José de Piérola,  Adiós Ayacucho de Julio Ortega, La niña de nuestros ojos de Miguel Arribasplata, El gran señor de Enrique Rosas Paravicino, En las fauces de las fieras de Carlos Thorne, La joven que subió al cielo de Luis Nieto Degregori, La noche y sus aullidos de Sócrates Zuzunaga, Bioy de Diego Trelles, La ciudad de los culpables de Rafael Inocente, Generación Coche bomba de Martín Roldán, etc. Nos da una visión “diferente y personal” de la violencia que es vista desde el accionar de “Cubo” aquel comando “sensibilizado y lleno de orfandad” que ve como los “camaradas” y los “militares” ingresan a una espiral de Locura y  sinsentido de una “lucha utópica de columnas pobres que arrastran sus sueños entre el hambre, el frío y la muerte” y de una “represión brutal y absurda de sujetos traumados y neurotizados por el miedo”  como si el país en su totalidad  formara parte de esa “locura” de la que sólo ha quedado una huella de muerte, fosas, torturas, orfandad, pueblos arrasados, mutilados en nuestra memoria que rogamos jamás se repita porque de por medio esta la vida y la paz. La novela de Cueto es un ojo abierto de esa espiral de violencia que vivió el país. Pero a la vez, es la cicatriz aún no cerrada de los hombres que se involucraron en ese episodio violento que enlutó a nuestro país. Es la novela que muestra a los personajes de ambos bandos (policías y senderistas) ahogándose en la locura, la neurosis, la soledad, la muerte de sus utopías. Una gran novela que nos recuerda que “Ese camino existe” e irremediablemente hay que recordarlo desde la literatura para meditar que aún nuestra memoria colectiva aún se halla teñida de dolor y sangre. Una novela que ya ocupa su lugar en la buena narrativa desde Chimbote para el mundo.

miércoles, julio 16, 2014

lunes, junio 09, 2014

INDAGACIONES HETEROGÉNEAS (ESTUDIOS SOBRE LITERATURA Y CULTURA) DE CARLOS GARCÍA-BEDOYA

El  impulso batallador y constante de Dante Rosales y el equipo de Pakarina Editores, nos sigue impresionando con cada edición de libros que tenemos la oportunidad de leer y disfrutar cada vez, que accedemos a ellas. Un extraordinario y documentado libro que deseamos comentar es: Indagaciones Heterogeneas (Estudios sobre literatura y cultura)  Pakarina Editores, 2012 de  Carlos García-Bedoya que con rigurosidad y afirmada reflexión epistémica indaga varios  campos de la cultura literaria. Libro que exige una lectura meditada y sostenida de cada “ensayo”. El libro  está dividido en cuatro partes a saber: I Indagaciones teóricas (3 ensayos), II Indagaciones Latinoamericanas (seis ensayos), III Indagaciones Peruanas (8 ensayos), IV Otras indagaciones (2 ensayos) En conjunto  Indagaciones es un libro provocador para la reflexión, cuyo contenido es todo un reto para cualquier “académico” o para el simple lector que desea estar informado sobre los estudios culturales, ciencias sociales y ciencias humanas desde el campo de la literatura. Reflexiones epistémicas, debates y posturas sobre las categorías latinoamericanas en el contexto de la mundialización intercultural. Espacios de dialogía entre humanismo y ciencia. Discusión y postura epistémica  sobre el pensamiento colonial y decolonial. Un libro que sustenta una forma de reflexión magistral: “Los cambios trascendentales no pueden ser sólo políticos y económicos, tiene que ser también cambios culturales..” (Pág. 19)  libro que interpreta, que enjuicia con certeza bibliográfica y que forma opinión teórica. Pero el libro no solo presenta esa línea sino que se enriquece con la revisión sobre los discursos creativos latinoamericanos. Así pasa revista al fenómeno del Vanguardismo, del Boom y la nueva narrativa hispanoamericana  analizando  el trabajo de Miguel A. Asturias, Alejo Carpentier. Lee la obra de Clarice Lispector desde la postura de la posmodernidad.  Pasando a otras indagaciones teóricas García- Bedoya  reflexiona con amplitud sobre la literatura peruana revisando la problemática del canon literario peruano su conformación, sus fisuras y  las diversas lecturas que se han propuesto sobre las mismas.  Por otro lado, trabaja sobre el discurso criollo y el discurso andino en la literatura peruana colonial. Se tiene en el estudio histórico de las élites andinas, la utopía andina a partir del renacimiento inca.  Estudio los pasados imaginados a partir de dos obras dramáticas coloniales. Ya con mayor contemporaneidad revisa la novela La ciudad de los Reyes de Pedro Dávalos y Lisson. Más adelante revisa la obra de Ciro Alegría así como traza la trayectoria  del vanguardismo peruano para culminar con un ensayo polémico sobre la aplicación de la categoría de “generación” y su aplicación a la literatura peruana del siglo XX.
Indagaciones es un libro importante no sólo por ese “provocador e informado epísteme” que lo sustenta sino por es un texto “imprescindible y recomendado” para lectores “informados y atrevidos”. 

jueves, junio 05, 2014

LA TORTUGA ECUESTRE Y SU PRESENCIA EN LA LITERATURA PERUANA


Sabemos que el poeta esta herido, pero lo que queda es esperar  que el poeta se levante y siga regalándonos su revista: La Tortuga Ecuestre. Gustavo los poetas siempre caen pero se levantan. Desde aquí, fuerzas en este trance difícil. Como Homenaje a tu pasión por la literatura estas líneas sobre tu emblemática revista. Fuerza Gustavo, fuerza poeta.

   Las revistas literarias juegan un rol importante en los procesos de consolidación de una generación literaria. El  aparente estado de precariedad en la edición o su circulación restringida a veces no nos permite valorarlas en su verdadera dimensión. Pero ahí, “caminan” llevando el espíritu de una época. Convirtiéndose en papeles “de cultura” que guardan la memoria de los expresan la literatura en toda su plenitud. Las revistas a veces también nos  llevan a comprender la intermitencia de algunas de ellas que no pasan del número fundacional, o de números espaciados en el tiempo. Hecho que no ha sucedido con la Tortuga Ecuestre que pasa los 300 números a la fecha. Pero volviendo a la idea de revistas “bisiestas”  deseo citar la ingeniosa frase de Manuel Atanasio Fuentes que decía a propósito de revistas literarias: salir cuando se pueda o cuando se quiera. Aún así, la presencia de ese único número o números intermitentes de las revistas las convierten en  “fetiches fantasmales de papel” que se busca, se colecciona y se lee con pasión  y en el mejor de los casos están reservados para una fervorosa investigación. Una revista literaria  o de poesía como es el caso de la Tortuga Ecuestre guarda celosamente trabajos iniciales de escritores que muchas veces llegan con su quehacer escritural a convertirse años más adelante en grandes figuras. Por citar un ejemplo la revista Literatura  que dirigieron y redactaron: Luis Loayza, Abelardo Oquendo y Mario Vargas Llosa (1er N.- febrero de 1958)  Nos muestra trabajos iniciales de nuestro nobel de literatura.
Una revista no sólo se sostiene por la “intención que la anima” sino por la pasión que imprime el director o editor de la misma. De ahí, un homenaje y admiración al trabajo del poeta Gustavo Armijos, artífice de esta “revista que es la memoria cultural de nuestra poesía”. Una revista sirve para  conocer procesos de escritura de algún escritor que nos interesa, de los colectivos que forman parte del proyecto editorial, sus perspectivas estéticas, creativas y sus propuestas ideológicas. Por otro lado, es posible hallar también en una revista importantes “ensayos”, “artículos”, “notas” y “creación” que refleja espacios discursivos de una época. Las revistas explican formas de pensar, de actuar frente a la literatura. Las revistas  por su naturaleza difusora de cultura son un buen pretexto para los “investigaciones literarias” y lo más importante son espacios de cultura literaria  de un país que a veces muy poco se conoce.  Luis Fernando Vidal en un importante artículo  sobre las revistas señalaba: “… El viejo vicio del centralismo gravita de modo determinante y negativo. La mayor producción editorial del país corresponde a Lima y el poder irradiador de este fenómeno obstruye la difusión de las revistas de otras ciudades.” Hecho comprobable por el porcentaje de atención que se presenta a las revistas editadas en la urbe, descuidándose las ediciones de revistas en provincias. Frente a este hecho que solo es un problema insalvable  se hace urgente realizar un mapeo bibliográfico completo de las revistas literarias de nuestro país para iniciar luego un minucioso estudio en equipo.
Las revistas literarias por otro lado, conservan la fuerza avasalladora de la juventud que las publica. Muchas revistas grafican la “emotividad” “el hervor incansable” de la juventud. Algunas no pierden esa fuerza si que estas continúan editándose. En ese hacerse la revista se convierte en un medio para la escritura y la difusión de “ideas”. Que poeta joven o narrador en sus acciones fundacionales no ha sentido la “necesidad” de inventarse una tribuna para mostrar su escritura. Las condiciones de edición pueden ser duras para mantener la edición  de manera periódica. Pero cuando se es consciente que tras el “deseo” de publicar se muestra el espíritu de una época esta publicación se llena de pasión por la literatura. Hecho que podemos palpar en la revista la Tortuga Ecuestre que esta noche es valorada.
Lo que no queda claro es como entender los tipos de revistas literarias que existen en nuestro país. De  ahí, que me atreva a plantear un plataforma inicial de su tipología atendiendo ciertas características de las mismas. Así tendríamos:
1er criterio: Revistas de difusión informativa y de análisis político y literatura.
Revistas de análisis político literario.- cuya influencia de lectoría se orienta a informaciones de coyuntura política pero que consideran una sección literaria importante. Aquí hallaríamos revistas como: Si, Caretas, Marka, Zurda, La Calle, Jornal, Quehacer.
Revistas culturales de diarios de circulación masiva.- aquí mencionamos todos los suplementos culturales de los diversos diarios. Mención especial a suplementos históricos como: Variedades, Dominical del Comercio, Domingo de la República, Asalto al cielo, Canto Rodado, Caballo  Rojo, Unicornio, etc.
2do criterio:
Las revistas tradicionales o las que han marcado una época en la difusión de la literatura. Aquí señalamos a: La Revista, El Perú Ilustrado, El Ateneo, La Neblina, Lima Ilustrada, Variedades, Mundial, Contemporáneos, Colónida, Balnearios, Mercurio Peruano, Amauta, Boletín Titikaka, Jarana, Mar del Sur, Las Moradas, Letras Peruanas, El Huso de la palabra, Chirapu, Creación y crítica,  Tareas del pensamiento peruano, Harawi, Piélago, Cultura y Pueblo, Visión del Perú, Narración, Amaru, Textual, La Tortuga Ecuestre.
Las revistas que registran épocas o movimientos literarios o grupos literarios aquí tendríamos a las revistas vanguardistas: Trampolín – Hangar- Rascacielos – Timonel, Jarana, Poliedro, Amauta, Guerrilla, La sierra, Boletín Titikaka, etc. Para el modernismo: Colonida, para la generación del 50 Letras peruanas etc.
Las revistas en vigencia: las que a la fecha continúan saliendo. Aquí consigamos revistas como: RCLL, Hueso Húmero, Lienzo, Voces etc,
3er criterio.- Por auspicio o por actividad institucional o individual.
Revistas institucionales: las que pertenecen  o están vinculadas a Instituciones  (universidades, ONGs, Asociaciones etc) aquí consignamos a: Tradición (URP), Cantuta (UNE), Letras, Escritura y pensamiento,  (UNMSM) Umbral (UPRG) Tipshe (UNFV) Revista universitaria (USAC) Fénix, Artes y letras (BN) Lexis (PUCP) Lienzo (UL).
Revistas  independientes, autogestionadas, colectivas, universitarias. Son la mayoría de revistas que se conocen en la actualidad.
4to criterio: Atendiendo la temática que se presenta en la revista.
Revista de poesía.- Las que muestran  poetas consagrados, las que dan a conocer  nuevas voces poéticas. Revistas como: Harawi, La Manzana Mordida, La Tortuga Ecuestre, Peregrín, Voces, Cuadernos trimestrales de poesía,Etc.
Revistas miscelánicas.- las que conjugan creación, crítica y reseñas. Revistas como: Hipócrita lector, Dedo crítico, Lluvia, Fin de siglo, Ajos & Zafiros, etc.
Revistas de narración.- Se dedican únicamente a mostrar textos narrativos. Revistas como: Cuadernos de Composición, Diégesis, Ñandu desplumado, El narrador, etc.
Revistas de Crítica.- Se dedican principalmente  a la reflexión crítica como eje central de su trabajo. Revistas como: Contexto, RCLL, Arteidea, Discursiva, Lhymen, Escolios, etc.
5to criterio. Por el lugar de edición
Revistas metropolitanas.- Editadas en Lima. Revistas como: Casa de Citas, Sol de ciegos, Fin de siglo, Revista peruana de literatura, Revista Hispanoamericana, etc.
Revistas provinciales.-  Editadas en diversos partes de nuestro país. Revistas como: Siete culebras, Siete vientos, Golpe literario, Letra muerta, Alborada, pez de Oro, Kolpa Etc.

ELOGIO DE LA TORTUGA ECUESTRE
Corría los días de Enero de 1973 los jóvenes  poetas: Juan carlos Lázaro, Elías Duran, Santiago López Maguiña, Gustavo Armijos e Isaac Rupay iniciaban el camino de la emblemática revista  La Tortuga Ecuestre que a la fecha no ha cesado de galopar. Han pasado cuarenta largos años y la revista  se ha convertido en la “memoria viva” de la poesía peruana. Sus páginas han visto desfilar a una multitud y generosa pléyade de poetas peruanos. Sin lugar a dudas La Tortuga Ecuestre a lo largo de estas cuatro décadas se ha convertido “en la mejor antología de la poesía peruana” Una antología plural, de rescate y de memoria de la poetas de reconocida palabra poética como la de aquellos jóvenes poetas que inician su búsqueda de la “poesía que los afirme” como auténticos artistas. Revisando algunos números hallamos poemas de Martín Adán, Xavier Abril, Leoncio Bueno, Livio Gómez, Mario Montalbetti, Roger Santibáñez, Cesáreo Martínez, Jorge Pimentel Armando Arteaga, Armando Rojas, Marco Martos, Tulio Mora, Jorge Eslava, Boris Espezua, Alberto Valcárcel, Juan Cristobal, Rocío Silva Santisteban, Juan Ojeda, Eduardo Chirinos, Miguel A. Guzmán, Dimás Arrieta, Miguel Idelfonso, Carlos Oliva, Elí Martín, José Rosas Ribeyro, Oscar Aragón , Enrique Verástegui, Sonia Luz Carrillo, César Toro Montalvo, Aidé Romero, Guido Fernández de Córdova, Segundo Cancino, Fredy Gambeta, José Luis Ayala, Raúl Jurado Párraga. Oscar Málaga, Eloy Jauregui, Rafael Alvarez, Jorge Espinoza Sánchez, Javier Huapaya, Max Dextre, José Ruiz Rosas, Augusto Tamayo Vargas, Ruperto Macha, Sigfrido Burneo, Houdini Guerrero, Luis Eduardo García, Iván Suárez Morales, Jorge Ita, Carlos Bayona, Doris Moromisato, José María Gahona, Denisse Vega, Willian Gonzales,   etc. La lista es interminable pero lo más importante es reconocer que la Tortuga a lo largo de este tiempo ha regalado sus páginas para que con estas se edifique  la “verdadera historia de la poesía peruana”. En nuestro país a veces no se presta importancia al estudio de los contenidos que tienen las revistas pero como siempre es la historia la que se encargara a fortalecer la importancia de dichas publicaciones. La Tortuga a lo largo de sus 328 o más números a la fecha se presenta como un caso “suigeneris”  de permanencia, del amor a la literatura. Y es ahí, donde la figura de su director el poeta Gustavo Armijos resulta capital. Armijos con paciencia “invita” al poeta a publicar en su emblemática revista. Lee, selecciona, edita y circula la revista con ejemplar valentía. Armijos tomó la posta de Rupay y corporizó la revista hasta regalarnos el sueño de la permanencia respirando poesía y vida. Y es algo que agradecemos sus amigos. Estoy, estamos seguros que hay Tortuga para rato. Salud poeta Gustavo Armijos por ese pedazo de corazón que huele a tinta en cada página  de tu invaluable revista. Salud por permitirnos sentir como la poesía ha inundado nuestra literatura y el más importante saber que es posible aún respirar poesía en tiempos de facebook. Y eso realmente  nos humaniza en la poesía.


BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Catálogo (30 años de Poesía peruana en revistas (1971-2000) Lima: UNMSM, 2002. Responsable: Gonzalo Espino. Pp.131.
Barquero, Jorge. “Las Revistas en el Perú 1976- 1977” En: Proceso (Órgano de Extensión cultural de la Universidad Nacional del Centro del Perú”  Abril-Junio, 1977.  Pp. 139-146.
Beltrán Peña. José. “Revistas literarias peruanas de la generación del 90”. En Palabra en libertad. N.- 6, Lima, diciembre 2001 – Enero 2002, Pp.108-113.
Freyre, Maynor. “Palabra en Libertad entre las más importantes revistas de cultura peruana de los últimos cincuenta años” En: Palabra y Libertad N.- 2 año 2, Lima, invierno de 1998. Pp. 72-80.
Malpartida Besada, Mario. “Revistas las animadoras”. En: Revista Peruana de Literatura. Año V, N.- 8, mayo 2008. P. 31-32.

 Vidal, Luis Fernando. “En torno a las revistas literarias (1975-1979)”. En: Lluvia. Año II. No. 5. Lima, diciembre de 1979; Pp. 47-58.)