martes, febrero 21, 2012

BAJO EL MANTO POETICO DEL SOL DE CIEGOS DE CESÁREO MARTíNEZ

Al cumplierse   10 años de la desaparición física del poeta Cesáreo Martínez Sánchez. El Vicerectorado Académico de la UNE, en coordinación con la Oficina de Imagen Institucional y el Instituto Cultural de esa Casa de Estudios rendirá un homenaje al poeta. La reunión será el día viernes 24 de febrero a las 6.30 p.m  en la Escuela de Posgrado de la UNE, Calle Los Agr'icolas 280  La Molina, altura cuadra cinco de Constructores. Los esperamos. 

Uno se acerca a los poetas y a su  poesía con admiración y respeto. Nuestra condición de lectores nos lleva a tomar una posición frente al texto y en varias ocasiones terminamos por navegar por un mundo representado exuberante y extraño que acaba por deslumbrarnos y en muchas ocasiones extraviarnos por el silencio y la meditación. Al leer Sol de Ciegos (Ediciones Universidad Nacional de Educación, Oficina de Imagen Institucional , 2008) de Cesáreo Martínez he tenido esa doble sensación. Por un lado, el deslumbramiento por las imágenes que recorren todo el poemario y un extraño extravío por la reflexión sobre la vida y la muerte que nos inunda en cada poema. También he creído  hallar claves de la vida del poeta en la profundidad de sus textos en prosa. Debo señalar que en este poemario se complementan y fusionan la brevedad de la poesía en verso con los poemas en prosa cuya belleza poética resulta admirable y más aún el subtítulo:  Veinte poemas de prosa y una canción desperdigada. El poemario que comentamos es un texto hibrido en su estructura ya que conjuga el espacio de los poemas en verso (20) con los poemas en prosa de igual número. A la que hay que agregarle dos textos signados como Entrada y Salida más un texto  intitulado: Que tunas las de aquellas horas, con la que suman 43 poemas en total. Estos textos  suponemos ayuda a completar la mirada  del poeta. Así, aparece  el homenaje a la madre,  a su tierra, un poema que se mueve en el espacio del recuerdo, el paisaje, el sol y la vida de Cotahuasi tierra del poeta. Mención aparte merece el lúcido estudio introductorio realizado por el poeta Tulio Mora y el testimonio amical de la poeta Rosina Valcárcel que cierra el libro.
Sol de Ciegos en la producción de Cesáreo Martínez es quizás el proyecto poético mayor que ocupaba al poeta en los últimos  años de su vida. Texto que muestra la fibra madura de un poeta que ya había dejado textos memorables como: Migraciones (1974) Cinco razones Puras para comprometerse (con la huelga) (1978) Dónde manco el árbol de la espada y el arco iris (bando para que la dirigencia se alinee con las bases) (1980) Celebración para Sara Boticelli ( 1983) El Sordo cantar de Lima (1993) no puedo dejar de mencionar su labor como ensayista y articulista en sus libros: Desde la Vigilia (1989) Cuaderno de la encuentros. Crónicas SINcrónicas (1999).  
Sol de Ciegos es para nuestro gusto el libro esencial de Chacho, en la medida en que roza un tema medular para la poesía -la muerte- pero vinculada a -la vida- esa otra cara de la vida del hombre, y en medio de ella una reflexión sobre la poesía. Chacho es consciente de esa búsqueda certera que es la muerte pero es ahí, donde aparece la resistencia de la palabra. Desde el texto Inicial (Entrada) aparece la luz como elemento temporal que permite borrar las tinieblas (la ignorancia, el olvido, la muerte, soledad, sueño) Luz que  se convierte en Sol, iluminación, pureza, origen, sabiduría, poesía, floración ) Existe la conciencia de la validez de la palabra así dice: “.. Que el universo de mi mente o la mente del universo se me ofrezca  en su elemental, límpida desnudez. Que todo lo que existe y no existe palpite en la (in) quietud y el origen” ( p.33) ese juego dicotómico entre lo que se es y lo que no se quiere ser esa la filosofía de la poesía que inunda el poemario. De ahí que el hablante lírico de este libro encuentra un interlocutor en Dios a quien incluso reclamará su papel así dice: “.. Hemos fracasado, señor, tú y yo, reconozcámoslo. Tú por haber creado tanta belleza y yo por haber concebido tanta vileza. Pero que quede claro que yo acudo al mar a semejanza del pez, y regreso  de la noche en cuanto monte en cuento fiera. Que no se confundan  nuestros roles, pues ya sabemos de quien son los errores y quien permite los horrores en esta triste y al extremo estoica tierra.”   La densidad de algunos textos obliga a hallar al ser que habla en el texto y lo vemos  construyéndose en varios poemas como la imagen de esa bestia que bufa, de ese único habitante de la aldea, de esa ave del paraíso, de ese torpe animal que parpadea, del ciego enamorado, de ese reluciente animal de infinitas alas, garras que impiden el ingreso al paraíso, de ese morador nocturno que mira el puente , el río y la noche en Chosica, de ese hombre virtuoso  de la ciudad, de ese niño que espera la vuelta de papá, de ese ser solitario y lúcido que contempla la noche desde el ojo furioso , del ojo dichoso,  de ese ojo-prodigioso-oído  que pretende ordenar el mundo. Ese hablante lírico   dice: “.. Ellos han nacido para dormir y la noche esta ocurriendo sólo para ti. Ojo y pestaña, hígado y pasión. Tienes que captar el horizonte nocturno, en un sólo segundo, máximo en dos, abolir la fugacidad del instante.” (p.59)  son esos instantes descritos por el poeta los que configuran los  mejores poemas donde la imagen del sol deja paso al ojo, al oído, es decir a la contemplación y el sonido que configuran la poesía que inunda el poemario así dice: “… Tú que  has preguntado  a los mortales dónde escribo, cómo escribo, para que escribo esto que te hurto impunemente, clava de una vez el puñal, y báñate en este poema, que es tu propia sangre. “ (p83)  E          se es el gran poema que existe el poema que es  construido desde el caos, desde la noche, desde el desgarro de la soledad del que quiere hablar por teléfono con alguien y no halla sino su sombra. Ahí está el que dice: Hoy esta siendo sábado casi todo el día/ Mas pudo haber sido martes, jueves, abril/ o cualquier otra zanja/ Pero hoy es más sábado sólo en este instante/ Tengo un pie firme sobre el puente y el otro/ baila en la claridad/ Si hubiera estado tendido en la cama/ Si filmando la curva caída de las rocas/ en la plaza solariega/ Si catando a las muchachas en el mercado/ O terco , ciego, luchando con los imposibles/ tal vez no habría sido sábado total/ Pero estoy mirando cómo corren las aguas/ y cómo suenan este aire/ Comunico a todos que es rico vivir/ Un sábado 28 de febrero a las 5:5 p.m. ( p 92)
Sol de Ciegos es un texto cuyo abordaje se puede realizar desde varias entradas desde vincularlos con otros textos en claro diálogo intertextual por ejemplo es notoria la influencia de Traviesa de Extramares de Martín Adán, por esa alusión permanente a la rosa, al sol, a ojo ciego, a la ceguedad. Revísese por ejemplo la seconda ripresa y quarta ripresa o el poema Sol o en Escrito a ciegas (Carta a Cecilia Pashero). Puede también leerse con relación a la poesía de Juan Ojeda en su Elogio a los navegantes. En su densidad filosofía-poesía. Pero quizás mucho más en relación a la poesía de otro extraordinario poeta recientemente fallecido: Alejandro Romualdo quien en su poemario: El Cuerpo que tu iluminas ( 1970)  dice: Por que eres como el sol de los ciegos, poesía/ profunda y terrible luz que adoro diariamente:/ Mis ojos se queman como los ojos de las estatuas/ mi corazón padece como un vaso de vino en un armario. ( P. 47) poeta que ha trabajado el tema del sol en diversos poemas léase por ejemplo ( A fuerza de sol, Dios material, Estreno de lujo, Blando sol de alegrías, joyería al sol, etc. Pero Chacho en su libro le ha dado otra naturaleza poética en la que circulan las voces de otros poetas como Jorge E. Eielsón, T.S Elliot, Emilio A. Westphalen, Octavio Paz, Pablo Neruda entre otros poetas.
Para terminar debo señalar que Cesáreo Martínez con este esplendoroso libro no ha hecho  sino darnos a nosotros sus lectores la oportunidad  de decir algo sobre su poesía utilizando palabras chuecas, chancadas, chamuscadas que espero hayan alcanzado formas mínimas para explicar en algo el inmenso rayo azul que se despliega de su poesía  y que nos ha convocado esta noche. Mil gracias amigo Chacho.
                                               Noche de julio del 2008 en Lima la ciega
                R.J.P
·        Texto leído en El Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Marcos en la presentación del poemario Sol de Ciegos de Cesáreo Martínez.

jueves, febrero 16, 2012

RESTO QUE NO CESA DE SUFRIR DE JULIAN PEREZ


Resto que no cesa de insistir (Atalaya Editores, 2011. PP.137) del escritor Julián Pérez explora desde un extenso monólogo pleno de rumor,  humor,  parodia,  pastiche, la crítica  de la historia del resentimiento frente al poder, frente al accionar hipócrita  de los individuos que lo representan. Una breve novela que abofetea al lector complaciente. La novela se organiza a partir del aparente discurso frontrerizo del narrador quien nos va llevando por episodios de la historia que recuerdan el fatal “desencuentro” de razas, por un lado, y por otro la “reflexión sarcástica  frente al OTRO”. Rastrea el abuso de los blancos  aquella “cáfila de almas penantes” frente a los herederos de Puka Toro, Cayetano Quiroz. El narrador tiene en el “rata”, en el “doctor” en el “académico” los sujetos protagónicos que reciben la ferocidad de las palabras del monologante “orate sabio” quien en la voz narrativa del narrador permite “fusionar” la  “ira” cotidiana del individuo frente a otros “individuos” . Para lograr ese propósito tiene en las palabras un instrumento importante: “… Desde aquel entonces es que se me ha dado por especializarme en jugar con las palabras, hacer que exploten, que lloren, que sangren, que mendiguen, que pidan perdón.” (p.106) Pero no sólo es “la locura”  la que explota en la boca del narrador sino que se muestra como la extensión del autor: “Julián derramó su ira por todas partes: ¿Qué más puedo decir? ¿Qué más puedes decir?” (p.60) Libro escrito desde la pasión de la escritura. Novela construida  desde la parodia de estilos que desfilan desde el “registro intertextual como guiños de autores predilectos que son aludidos a lo largo de la novela”. Resto que no cesa … es una novela que busca un lector que no adule  de buena  manera lo dicho  por que hacerlo formaría  la lista de de aquellos “odiados desde el discurso por el narrador Así dice: “Miren cuánta recua viene tras de mí. Miren cuánto cojudo me adula y quiere chuparme la pinga para que les herede mi fama.” P 55  Resto que no cesa es una novela provocadora y de ruptura ya que la intención va más allá del deseo de la simple escritura: “Escribir  un libro que no tenga lectores porque todos estos están capados están metidos hasta el cuello y el ojete en las premisas del sistema” (p.62)  Escribir ese libro, contar las historias que se mezclan como letanías de lo perdido “ cuando se me sube la bilis el garguero me dan ganas de cagar por la boca.” 124 Novela que el registro novelesco de Julián Pérez  es un texto “noveloso, barroso, injurioso”  Hay que cuidarse al leerlo ya que nos exponemos a la “ira”:  Estoy buscando al traidor para acribillarlo a ventosidades” p.19 Novela de profundidad psíquica, de enunciados en libertad : “ Ya se sabe que las palabras dichas con el corazón en la mano no tienen lengua que las articule. Eso es lo que creo, lo demás qué chucha.”P51  Novelita  profética de lo que a veces no se quiere expresar ante el bien decir. El narrador coloca su coraza ante el posible ataque así dice: “Puedes reiniciar tu ataque, aquí estoy yo para repelerte, por los siglos de los siglos si fuera necesario. Amén”. 137. Estamos ante una novela extensiva  que nos recrea lo escatológico,  lo humano se vuelve mortal, la historia y el recuerdo se fusionan en abrazos de “ironía” y “sarcástico uso de la lengua”. Pero hay que mencionar que así como nos sorprendimos al leerlo hay que anotar algunas errores visibles de escritura que señalamos puntualmente:  Vallas a donde vaya, p. 14, Inmensa triste p.105, El destartalado edifico 120, Se derrumbó talmente todo. P. 130 subsanables heridas de ortografía que no perjudica el sentido total de esta buena novela de Julián Pérez.