Debe ser las once de la noche y uno va llegando a su casa maltrecho, sudado y golpeado. Uno ha tomado su combi, su micro, su colectivo, su taxi o el bendito metropolitano. Van tres horas de estar ensardinado mientras el atorrante cobrador no se cansa de seguir metiendo gente a pesar que ya pisaron a seis enanos y apachurraron a una gorda bigotuda. Lima es un kaos de humo y carcochas que asmáticamente se enriedan como pelea de pulpos en las carreteras, vías, calles, baches y lenguas podridas de asfalto. No es fácil llegar a casa con tanto salvaje al volante que en una vía de tres carriles han formado un nudo largo y enrredado de 8 carros donde ordenadamente deberían entrar sólo tres carros por carril. Para variar ya chocaron al más osado o al más apurado y el tránsito empeora. Se provoca un atolladero y un concierto de bocinazos comienza a inundar las calles. Hoy todas las horas son puntas. En la radio la chicha te cocina los oídos con los Yaipen, Villlacorta, Marisol etc. Los carros se sueldan unos a otros, todos quieren pasar, nadie respeta a nadie, todos maniobran, aceleran, mentan la madre y pasan. Otros invaden la vía en sentido contrario la cosa se complica. No hay lugar de Lima donde no haya congestión vehicular, Javier Prado, Wilsón, Pizarro, Arequipa, Universitaria, Carretera Central, palacio de gobierno, municipalidad etc. Hay que hacer bulla dentro del carro como protesta pero el chofer culo de fierro ni se inmuta. No hay autoridades, ni policías. Algunos efectivos están realizando “operativos” en la vía de evitamiento, en el parque Sinchi Roca, en Lince etc sin ayudar a que haya fluidez en el tránsito de los armatostes que envenenan nuestra pobre ciudad gris. Viajar en Lima es morir de a poco ante tanta impotencia y desgracia vehicular. Combis asesinas trasladan 20 pasajeros encorvados, sentados en incómodos asientos donde no quepan las rodillas. Hay que tener cuerpo de contorsionista. Asientos recortados, lunas rotas, humo del tubo de escape inundando las narices. La pregunta: ¿Y cómo pasaron revisión técnica? En una palabra estamos jodidos. Y las promesas municipales de Fuerza Social, de Solidaridad y el mudo, el PPC y Lulú atongada. ¿Cuándo se jodió el transporte en Lima?. Para variar los ingenieros esos de casquito blanco y nextel en mano huevean y huevean. Las obras que ayudarán al transporte demoran años y años. Un día mueven una piedrita, otro día vuelve la piedrita al sitio inicial. Otro día doblan fierritos, otro día echan concreto, al mes nuevamente rompen la pista se olvidaron una lampa y un pico hay que abrir una zanja. Abren la zanja hallan petróleo, hallan restos arqueológicos y nosotros los pasajeros seguimos en la combi, en los omnibuses con la barba crecida. Para variar sacas tu trome o tu chino a mirar malcriadas y aparentar leer para no aburrirse. Ya llegas a casa calma hay que tranquilizarnos la vida para no enloquecer. Viajar en Lima es morir de a poco. Antes demorabas hora y media hoy todo aumenta señal que avanzamos al progreso con el metropolitano. Viva compañero no se queje, no reniegue amigo, no se sulfure camarada, no joda y siga durmiendo si está sentado ya llega a casa. Yo por lo pronto espero sentarme en la próxima cuadra porque ya me canse por hoy de este paisaje cotidiano. Que viva el transporte salvaje de Lima. ZZZZZZzzzzzzzzzzz ZZZZzZzzZzzzzzzzzzzzzzzzzz
martes, noviembre 09, 2010
VIAJAR EN LIMA ES CHEVERE
Debe ser las once de la noche y uno va llegando a su casa maltrecho, sudado y golpeado. Uno ha tomado su combi, su micro, su colectivo, su taxi o el bendito metropolitano. Van tres horas de estar ensardinado mientras el atorrante cobrador no se cansa de seguir metiendo gente a pesar que ya pisaron a seis enanos y apachurraron a una gorda bigotuda. Lima es un kaos de humo y carcochas que asmáticamente se enriedan como pelea de pulpos en las carreteras, vías, calles, baches y lenguas podridas de asfalto. No es fácil llegar a casa con tanto salvaje al volante que en una vía de tres carriles han formado un nudo largo y enrredado de 8 carros donde ordenadamente deberían entrar sólo tres carros por carril. Para variar ya chocaron al más osado o al más apurado y el tránsito empeora. Se provoca un atolladero y un concierto de bocinazos comienza a inundar las calles. Hoy todas las horas son puntas. En la radio la chicha te cocina los oídos con los Yaipen, Villlacorta, Marisol etc. Los carros se sueldan unos a otros, todos quieren pasar, nadie respeta a nadie, todos maniobran, aceleran, mentan la madre y pasan. Otros invaden la vía en sentido contrario la cosa se complica. No hay lugar de Lima donde no haya congestión vehicular, Javier Prado, Wilsón, Pizarro, Arequipa, Universitaria, Carretera Central, palacio de gobierno, municipalidad etc. Hay que hacer bulla dentro del carro como protesta pero el chofer culo de fierro ni se inmuta. No hay autoridades, ni policías. Algunos efectivos están realizando “operativos” en la vía de evitamiento, en el parque Sinchi Roca, en Lince etc sin ayudar a que haya fluidez en el tránsito de los armatostes que envenenan nuestra pobre ciudad gris. Viajar en Lima es morir de a poco ante tanta impotencia y desgracia vehicular. Combis asesinas trasladan 20 pasajeros encorvados, sentados en incómodos asientos donde no quepan las rodillas. Hay que tener cuerpo de contorsionista. Asientos recortados, lunas rotas, humo del tubo de escape inundando las narices. La pregunta: ¿Y cómo pasaron revisión técnica? En una palabra estamos jodidos. Y las promesas municipales de Fuerza Social, de Solidaridad y el mudo, el PPC y Lulú atongada. ¿Cuándo se jodió el transporte en Lima?. Para variar los ingenieros esos de casquito blanco y nextel en mano huevean y huevean. Las obras que ayudarán al transporte demoran años y años. Un día mueven una piedrita, otro día vuelve la piedrita al sitio inicial. Otro día doblan fierritos, otro día echan concreto, al mes nuevamente rompen la pista se olvidaron una lampa y un pico hay que abrir una zanja. Abren la zanja hallan petróleo, hallan restos arqueológicos y nosotros los pasajeros seguimos en la combi, en los omnibuses con la barba crecida. Para variar sacas tu trome o tu chino a mirar malcriadas y aparentar leer para no aburrirse. Ya llegas a casa calma hay que tranquilizarnos la vida para no enloquecer. Viajar en Lima es morir de a poco. Antes demorabas hora y media hoy todo aumenta señal que avanzamos al progreso con el metropolitano. Viva compañero no se queje, no reniegue amigo, no se sulfure camarada, no joda y siga durmiendo si está sentado ya llega a casa. Yo por lo pronto espero sentarme en la próxima cuadra porque ya me canse por hoy de este paisaje cotidiano. Que viva el transporte salvaje de Lima. ZZZZZZzzzzzzzzzzz ZZZZzZzzZzzzzzzzzzzzzzzzzz
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