lunes, diciembre 26, 2011

2 LIBROS DE MIGUEL GUTIERREZ


Miguel Gutiérrez Correa nos entrega dos libros: La cabeza y los pies de  la dialéctica  (Derrama Magisterial, 2001. 501 páginas)  y  Una Pasión Latina (Alfaguara, 2011. 272 páginas) El primer libro cierra el ciclo de su labor ensayística. Gutiérrez importante autor de importantes novelas con anterioridad nos había regalado al placer de la lectura dos libros de ensayo: El pacto con el diablo y la Invención Novelesca donde pudimos sopesar la actitud reflexiva  sobre el hecho literario, entender los mecanismos de su lectura “marxista” y los más importante “reflexionar” en voz alta espacios de nuestra cultura literaria. Si bien hay espacios “ideologizados en varios artículos  en su libro: la cabeza y los pies de la dialéctica esta no deja de provocar un “elogio a sabiduría”  a la madurez de la polémica de cada ensayo, artículo o reseña que componen este libro. No hay más que transitar por lalectura que se nos propone por momentos “ortodoxas”  pero en la mayor parte “abiertas” a la lectura crítica. No sólo hay un compromiso ideológico sino que esta se acompaña de una postura “ética de lo bien documentado y escrito” de los ensayos  y ahí reside el mérito de Gutiérrez Correa
El segundo libro es el otro lado, donde lo creativo nos lleva a leer con pasión un thriller en tono policial. No sólo es la Historia  de un simple informe sobre un descuartizamiento  sino que lo narrado sirve para alcanzar otros fines. Nolasco Vilchez el personaje central de la novela arrastra  el signo de la condición mestiza  como una afrenta  que debe corregirse a través de una muerte de  su mujer “gringa” Karen Spiegel en el mismo corazón político del mundo Washington y esa casa descrita maravillosamente  se convierten en el verdadero cuadro para borra la afrenta milenaria. Asistimos a la historia de una pareja atormentada que da pie a otras historias que unidas una tras otra van configurando el discurrir de “otras historias” escondidas ya en Ayacucho, Piura, o Washington. A partir de las indagaciones humanas se van tejiendo la búsqueda de “verdades” que no se clarifican sino en la reconstrucción de los hechos que practica  Artimidoro Correa quien no sólo es el “memorista de la historia” sino el involucrado en esta ficción novelesca. Gutiérrez  señalaba que: “todo escritor  busca la forma necesaria para escribir una novela” y en esta novela Pasión latina  no sólo conjuga ese hallazgo sino que desarrolla con maestría el tono para contar “las aventuras de esta  novela”. El interrogatorio a la que es sometido Artimodoro Correa por parte  de la policía local, así como del FBI son tan reales que resultan tan creíbles para el lector  que puedo señalar que este trabajo sólo lo puede realizar un escritor en la plenitud de su madurez creativa. Hay que recordar que Miguel Gutiérrez ha hallado la fórmula perfecta para escribir cada una de sus  novelas. Cada escritor se enfrenta a muchas posibilidades de escritura  pero también es consciente que cuando se logra el tono buscado la novela es escrita con mucha facilidad y nosotros los lectores comenzamos a gozar con su lectura y agradecemos que de una historia truculenta como es Pasión Latina se haya logrado una buena novela, aparentemente frágil en relación a otras novelas del mismo Gutiérrez pero con una claridad que sólo está reservada a un escritor de oficio y madera.  

domingo, diciembre 04, 2011

MIGUEL LESCANO TENA: UN NUEVO POEMARIO

Miguel Lescano Tena, polifacético artista se mueve con maestría en las artes plásticas, como en el universo de la poesía. Desde su lejano vinculo con la Cantut,a Lescano Tena ha caminado con madurez por varios paises  desarrollando ambas labores artìsticas. Desde sus libros: Sonrisa negra, Lima sobre lima, hoy Lescano nos entrega un nuevo trabajo: La música dibuja el cielo que será presentada este viernes 9 de diciembre a las 7:30 pm en la Escuela de Arte Corriente Alterna ( Av, Aviación 500) y contará con los comentarios de las poetas Rocío Silva Santisteban, Victoria Guerrero y Melissa Patiño. Desde este modesto Blog una abrazo y felicitación a Miguel. Lo que sigue es un interesante trabajo sobre el libro escrito por el poeta Eduardo Chirinos.
EL TALAD  RADO CIELO DE MIGUEL LESCANO
Yo no soy agresivo,
sólo estoy observando.
M.L
No podemos saber qué día (o qué noche) de 1984, Italo Calvino visitó la Maison de Balzac para ver la exposición “Dibujos de escritores franceses del siglo XIX”. Lo que sí sabemos es que ese conjunto de garabatos, caricaturas, acuarelas y una que otra pintura lo impresionó hasta el punto de dedicarle una crónica en la que reflexiona acerca las relaciones entre el grafismo pictórico y la escritura en el romanticismo francés[1]. Luego de detenerse en cada uno de los escritores (donde también encontramos poetas como Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé) Calvino evalúa sumariamente su calidad artística, y dictamina que mientras más académicos y correctos eran los dibujos, menos interesantes le resultaban. Para la mirada curiosa y analítica de Calvino, el “grafismo pictórico” es una destreza que no todos compartían, y sugiere (sin enunciarlo) que se trata de una alternativa frente al incómodo silencio que amenaza al escritor. El hecho de que estos dibujos sin estilo y muchas veces mal trazados aparezcan en el momento en que se ha detenido un poema o atascado un relato, dice mucho del modo en que un sistema de representación acude para cubrir la ausencia de otro. ¿Qué escritor no ha llenado su página de monigotes y garabatos como si estos fueran a darle las palabras necesarias para seguir escribiendo? Esta situación pone en escena la envidia que los escritores profesan tradicionalmente a los pintores. En su Diario de 1869 los hermanos Goncourt escribieron: “¡Dichoso oficio el del pintor comparado con el del hombre de letras! A la actividad feliz de la mano y del ojo en el primero, corresponde el suplicio del cerebro en el segundo: y el trabajo que para uno es un goce para el otro es un sufrimiento…”[2]. Con esta cita termina la crónica, lo que nos invita a sospechar que el buen Calvino también era usuario de tan sana y creativa envidia.
Una vez leída la crónica, uno se queda pensando si en alguna ciudad de museos invisibles habría lugar para una exposición de artistas plásticos que escriben. Podemos imaginarlo: salas repletas de pinturas, esculturas y grabados incompletos acompañados por anotaciones que reemplazan aquello que el artista necesitaba para culminar su obra. A la salida de esa exposición imaginaria no sería difícil invertir la cita de los hermanos Goncourt: “¡Dichoso oficio el del escritor comparado con el del artista plástico! A la actividad feliz del cerebro en el primero, corresponde el suplicio de la mano y del ojo en el segundo”. En este juego de envidias recíprocas no pueden faltar aquellos que tienen otra arte como vocación —artistas que escriben, escritores que son artistas plásticos—, sólo que la segunda vocación será mirada con complaciente simpatía o, en el mejor de los casos, como una clave para entender la primera vocación. No de otro modo han sido miradas las pinturas surrealistas de César Moro y las perturbadoras acuarelas de José María Eguren[3].
Estas reflexiones vienen a cuento para comentar el segundo libro de poemas de Miguel Lescano La música dibuja el cielo[4]. Grabador, pintor, fotógrafo, curador de exposiciones, Lescano es dueño de un amplio registro en el que no podía faltar la palabra. De hecho, el grabado permite (más que cualquier otra expresión plástica) la presencia de la palabra sin que se la advierta como una intrusa. Basta hojear cualquier catálogo de Lescano para comprobar la importancia que tiene la palabra no sólo en términos de grafía letrista, sino de composición: en sus grabados y pinturas la letra cumple la misma función que le asignamos cuando hablamos de la letra de una canción. No es casual, entonces, que en su obra la letra se desmarque en búsqueda de espacios más autónomos de representación. No es casual, tampoco, que el título de su libro aluda a una alianza entre dos artes que, por lo general, tienden a excluirse: la música y el dibujo. El verso “La música dibuja el cielo” (tomado de un poema de  Westphalen) alude a una contemplación imposible ya que ni la música ni la plástica podrían representar las notas musicales dibujando algo tan inabarcable como el cielo. Pero esa contemplación sí es posible verbalmente: basta con enunciarla y dotar a esa enunciación de una realidad que exista independientemente de su referencia. Esto es precisamente lo que ocurre en la poesía.
En una conversación casual, Lescano me confesó que escribía un libro cada diez años. Es claro que sus experiencias reclaman ser reelaboradas por medio de la plástica, y que a ella le dedica la mayor parte de su energía creativa. Pero es claro, también, que esa dedicación se ve acompañada de otro reclamo: entre rodillos entintados, grabados a medio terminar, labores administrativas y tareas domésticas surge la música, y con ella la demanda de una letra que le dé cuerpo. La música es implacable con aquellos que viven con el oído alerta. Por eso no importan los años que transcurran entre libro y libro, lo que realmente importa es la fatalidad de escribirlos: sólo la fatalidad distingue a un poeta de alguien que escribe poemas como un simple pasatiempo. Decir que estamos ante los “poemas de un artista” es decir muy poco: a la poesía le tiene sin cuidado a qué otras labores se dediquen los poetas; decir que estos poemas recurren a imágenes visuales es perder la perspectiva: muchos de los mejores poetas recurren a imágenes visuales y son incapaces de trazar un palote. Lo que resulta atractivo de este libro es que se ofrece como una mirada alternativa a los estímulos que impulsan una obra plástica. La agresividad que transpiran sus páginas responde a un modo de observar que es, también, un modo de recomponer una realidad amenazante y exigirle respuestas, como ocurre en “Acercamiento”: 
Los transeúntes no me ofrecen respuestas.
Me siento como un demente que busca
pintar paredes para expresar deseos,
pintar la rabia, usufructuar otras vidas.
¿Qué puedo hacer ante este paraíso Dadá?  
Este poema se encuentra enunciado desde una rabiosa imposibilidad: ante la falta de respuestas, el hablante se siente “como un demente” que desea expresar sus deseos pintando las paredes, pintando la rabia y usufructuando otras vidas (ser otro es la definición clásica de la locura). Cualquier lector podría entender que se trata de una queja de las muchas que aparecen en este libro; pero saber que estamos ante un hablante-artista le da otra dimensión, pues el poema es perfectamente capaz de enunciar la impotencia de expresar pictóricamente ese momento. No estamos aquí ante un resentido alejamiento de la realidad. Todo lo contrario, estamos frente a un intento por comprenderla de más cerca (el poema se titula “Acercamiento”) y adentrarse en los mecanismos que activa el deseo en la creación artística. El poema termina con una interrogación que es, también, un reclamo: “¿Qué puedo hacer ante este paraíso Dadá?” La pregunta no es ingenua. “Dadá” es el adjetivo irónico del paraíso donde se sitúa el hablante, pero al mismo tiempo es el interlocutor a quien le demanda una respuesta (“¿Qué puedo hacer ante este paraíso, Dadá?”), y una respuesta al sinsentido de lo que está buscando (“¿Qué puedo hacer ante este paraíso?, ¿Dadá?”). Podría seguir multiplicando ejemplos, y todos ellos conducirían a descubrir en Lescano a un artista para quien la poesía no es un arte subsidiario de la plástica, sino su doloroso complemento. Lo mismo podría decirse de la música.
          Presente desde el título, la música es el verdadero fantasma que recorre las páginas de este libro. No me refiero a la seca y a ratos rasposa musicalidad que respiran estos poemas y le otorgan su sello, sino a la música como deseado (o indeseado) soundtrack de la experiencia poetizada: Debussy, Keith Jarret, Depeche Mode y, en general, el jazz, el huayno y el rock le sirven no solamente como banda sonora de sus poemas (y de las ciudades europeas y americanas que figuran en el libro), sino como pautas rítmicas y culturales que definen su tono. La relación del hablante con este fantasma es ambivalente y conflictiva: si en algunos momentos lo rechaza (“Hoy la música no me importa./…/Deseo desaparecer como sombra en la oscuridad”) o duda de su apoyo emocional (“¿Odio o amo esta música?”), en otros lo acepta como el único recurso de supervivencia (“Una vez más, la música salva al hombre”).
            Pero la música no es lo único que salva al hombre. También están los mitos populares creados por el cómic, y en particular Batman, el señor de las tinieblas. Omnipresente en la obra plástica de Lescano (quien ha presentado la exposición Lima Gótica con dibujos, pinturas y grabados alusivos al tema), Batman es el súperheroe mestizo que exhibe su condición atormentada en una ciudad tan confusa y alienante como Lima. No se trata de forzar la analogía entre las capacidades de un artista peruano y un superhéroe del primer mundo, tampoco de aclimatar el cómic de Bob Kane en el espacio limeño, sino de una introspección personal y social en la que Batman juega un rol de conocimiento. En un artículo publicado en la revista Artmotiv, el crítico Alexis Mendoza hace notar que uno de los factores que define la trayectoria artística de Lescano es ”su obsesión por identificar los orígenes y las transformaciones de la ciudad que lo vio nacer y crecer, identificar las realidades y mitos reflejadas en sí mismo bajo el dominio de un superhéroe sudamericano”[5]. Esta identificación se produce gracias a una estratégica y calculada alianza entre la grafía y la plástica.  De hecho, uno de los grabados más impactantes de esta muestra es la serigrafía “Intrigante mestizo” donde figura —además de una silueta de Batman— un extenso poema en letras góticas sin puntuación ni cortes versales. Este mismo poema aparece en el libro con el nombre de “Lima Gótica” pero, a diferencia de la serigrafía, los versos se encuentran debidamente pautados, sin compartir espacio con otras imágenes. En el mejor estilo beatnik, el poema está organizado por la reiteración anafórica —“Yo soy Batman…”—  que se amplifica como alas de murciélago conforme avanza la lectura, reforzando en cada periodo la transferencia simbólica entre el hablante y el superhéroe:
Yo soy Batman
El que viaja por los cielos de Lima
Intrigante mestizo de Valdivieso City
El que salva vidas por las noches
Noches de húmedas canciones de rock
El que recorre letanías de palabras
Y huye de disparos a quemarropa 
Yo soy Batman
El que deambula por nubes
Buscando cómo olvidar la paranoia de vivir
Yo soy Batman
El obstinado
El de piel de metal
El que araña la tierra
El que pintarrajea paredes
Yo soy Batman
El que ama en silencio
El que está y no está en casa
El que pone color a los sueños y duerme de día
El que viaja miles de veces por un cuadrado blanco
Yo soy Batman
El que tartamudea de nervios
El de ojos chinitos sin risas ni preocupaciones
Yo soy Batman
El que se oculta en historietas
En esquinas borrosas de esta Lima gastada
El que ama las canciones del jirón Kilka
Soy Batman
El que cree en la justicia
Aunque sólo sea una ficción más
Como esta historia sin historia
Como esta canción sin música
El que invitan a pelear con las hormigas
Soy Batman
El que duerme en su baticueva de ladrillos
Con letras regadas en el cielo
Yo soy Batman
El que nunca vendrá a defender la justicia
No se trata del mismo poema. En la serigrafía los versos se hallan impresos en un espacio que comparten con imágenes caóticas y un puñado de números arrojados arbitrariamente en la composición. Este juego de expresiones simultáneas nos hace pensar en el poema como las “letras regadas en el cielo” con las que duerme el superhéroe mientras sueña con el taladrado cielo de Lima. Es como si el poema impreso en la serigrafía fuera el alter ego del poema del libro. O, mejor, como si  Batman (el intrigante mestizo), fuera el alter ego de un Bruno Díaz perdido en una amenazante Lima Gótica.
          Me gusta pensar que esa serigrafía ha sido pensada para la imaginaria exposición de artistas plásticos que escriben. En ese museo invisible inspirado por Calvino veríamos al “Intrigante mestizo” sin necesidad de letreros que expliquen lo que el artista necesitaba para culminar su obra.

Eduardo Chirinos
Missoula, verano de 2011
                                               


[1] Italo Calvino. “Escritores que dibujan”. Colección de arena. Trad. Aurora Bernárdez. Madrid: Alianza Tres, 1987. pp. 69-74.
[2] Citado por Calvino, p. 74
[3] El intento más serio por rescatar las obras plásticas de Moro y Eguren lo ha llevado a cabo Emilio Adolfo Westphalen. En 1969 publicó en la revista Amaru “Pinturas y dibujos de César Moro”, donde dice: “Insistamos, en especial, en reconocer que al lado del C.M. poeta hubo desde un principio, paralela y constantemente, el C.M. pintor, y que ambas actividades se desarrollaron a un mismo nivel de calidad y acierto y con igual grado de clarividencia”. En 1986, el mismo Westphalen publicó en Debate “Pinturas y fotografías de Eguren –el poeta”, una apasionada defensa de Eguren como artista plástico que merece figurar —al igual que Moro y Ricardo Peña Barrenechea— en el catálogo más exigente de artistas peruanos del siglo XX. Ambos textos están incluidos en Emilio Adolfo Westphalen.  Escritos varios. Sobre arte y literatura (Lima: FCE, 1996).
[4] Miguel Lescano (Lima, 1963) ha publicado anteriormente Sonrisa negra (Lima: Cono Norte Ediciones, 2002).
[5] Alexis Mendoza, “Lima Gótica: mitos, realidades, ilusiones, vivencias y testimonios”. Artmotiv 11 (2011): 46-51.

viernes, noviembre 25, 2011

POETAS EN LA VIEJA CANTUTA

La Cantuta y sus problemas cotidianos. La Cantuta y su campus verde. La Cantuta y sus viejos profesores, La Cantuta y sus sueños y dentro de ese ambiente los jóvenes poetas.  La Cantuta  no es ajena a mostrarse con lozanía y frescura  en la mirada de sus creadores.  La Cantuta del pasado y su esplendor de Viejos MAESTROS, no profesores. Como no recordar los pasos de: José María Arguedas,  Luis Jaime Cisneros, Manuel Moreno Jimeno, Juan Gonzalo Rose, Washington Delgado, Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Félix Huamán Cabrera etc. La Cantuta y su frágil actualidad de “cambios y resistencias” es en ese lugar que nace la poesía cantuteña. Poesía de afirmación, de hallazgos, de rupturas, de búsqueda. Atrás queda la imagen de Manuel Morales quien publicó su único libro: Poemas de entrecasa (1969) en las gastadas máquinas offset de nuestra universidad. Atrás quedan Algemiro Pérez Contreras, Artidoro Velpatiño. Hoy por estos tiempos la poesía vuelve de la mano de varios poetas jóvenes: Manuel Luque  (lima, 1974) ensayando el rumor de una poesía “bronca y callejera” un grito versal de la existencia en su libro: La Estación de la muerte (Toro de trapo Editores, 2011). Con anterioridad Luque nos había entregado  su libro: Huerto de los alientos bajo la mano de ediciones letra en llamas. Breve libro que compendiaba su trabajo poético de 1997 a 1999. Luque sorprende por su vuelta al reino de la poesía ojalá no huya por el silencio porque sus versos ya están llamando las puertas de la madurez poética.
Paolo Astorga (Lima, 1987)  Nos entrega esta vez, su libro: Detrás de las ventanas en la joven editorial que ha publicado el libro de Manuel Luque. Astorga va con mano firme, y ardiente sabia consolidando su trabajo. A pesar de su juventud es un “viejo creador” de otros  libros: Anatomía de un vacio, sin llegar a lo invisible, De Lima a Chosica. Astorga en este último libro afirma la pasión de la existencia del hombre, ese ser que transita sin temor por la pasión de las palabras.
MI ÓPERA PRIMA.César Pineda Quilca  (Lima, 1980) es el otro poeta quien nos entrega su libro inicial: El arribo de un éxtasis violento (Toro de trapo Ediciones, 2011) un poemario donde la brevedad de los poemas permite la construcción de una poética que permite que el poeta ensaye una poética. Hay  una construcción del “hacer, del querer, del sentir” poesía. Pineda es consciente de su trabajo no alardea sino que intenta con sencillez mostrar el campo de una poesía aún balbuceante pero de llamativo minimalismo conceptual. Pineda va construyendo con fragmentos la totalidad de su trabajo creativo.
Roy Dávatoc (Jaén, 1981) se convierte en el joven editor de los tres poetas anteriores desde su casa poética (Toro de trapo ediciones) pero Dávatoc,  también nos regala un pequeño poemario titulado: La lluvia nos detiene (Eclosión Editores, 2011)  donde los textos se tiñen de sentimientos que marcan los pasos de la frustración, de la agonía y la poética catártica de la existencia.
Los  poetas y la Cantuta. La Cantuta y sus poetas. Cuatro poetas que pueden ser más si agregamos a la poeta: Karina Moscoso, y José Cruz que forman parte de este inusual colectivo poética en los “salones abiertos de la vieja Cantuta”.

La poesía es una actividad indefinible y perdurable en la voz de los poetas. De ahí que aún se siga escribiendo, publicando y circulando en los lectores. La poesía aquel armazón de palabras que rodeadas de la sabiduría de las musas Polimnia, Erato, Calíope sigue naciendo, creciendo y muriendo. La poesía  cada día encierra a los poetas y sus poemas. Hay tantos poetas y tan poca poesía auténtica que a veces preferimos leer el cielo que nos alumbra. A veces llegan algunos libros de poetas amigos  y estos poemarios alegran nuestras tardes limeñas que a veces se llena de gallinazos abúlicos. Para qué escribir poesía en estos tiempos. Para qué publicar en estos tiempos. Para qué perseguir la poesía vanamente y no dejar que ella nos invada con su sabiduría silenciosamente. Acaso no han hecho caso al consejo del viejo Erza Pound que decía: “Déjese de hacer versos amiguito; con eso no se saca nada”. Pero los jóvenes poetas persisten y algunos  escriben y escriben poemas absurdos, otros escriben y no leen su tradición, otros publican y publican, otros se antologan y antologan a sus patas, otros que son los más creen que escriben poesía y nos se han dado cuenta que han nacido muertos. En fin lo que no se debe permitir es la mediocridad en los poetas decía Andrés Bello.
Pero a qué viene el comentario anterior quizás a pensar en voz alta la manera como se construye “el canon poético limense” no digo nacional por qué es mucho decir. Los poetas ¡ay los verdaderos poetas! Son póstumos. No siempre los “autoconocidos” “autoranquedaos”, “autoafirmados” , “apadrinados”, “archipublicados”, “marqueteados” en festivales de poesía, en premios, en eventos, quedan. Recuerden a Carlos Oquendo, a César Vallejo, a Gamaliel Churata, al propio Arguedas  ellos en su tiempo eran ninguneados, vejados críticamente pero ya ven han trascendido a tres críticos insobornables Drummon de Andrade dixi: han vencido al tiempo, la polilla y la humedad. Los poetas verdaderos nos hacen bulla, no bailan a la luz de las cámaras, a la luz de los periódicos. Ellos son parte del laberinto de la autenticidad poética cuyos textos crecen lozanos por los siglos de los siglos amén.

sábado, octubre 22, 2011

OSCAR COLCHADO Y SUS HOMBRES DE MAR


Desde  la publicación de su libro: Del mar a la ciudad (1981) hasta llegar a la gran novela: Hombres de Mar (Alfaguara, 2011) Oscar Colchado Lucio ha dejado  un espacio enorme del referente Chimbotano para regalarnos  la  madurez del espacio andino en Rosa Cuchillo o el ciclo de  Cholito personaje inolvidable para la imaginación “infantil” que a veces nos invade con ternura. Pero superada este “vacio” temático” Colchado Lucio con su última  novela nos da la posibilidad de valorar su trabajo narrativo con una vuelta a Chimbote. Novela  que conjuga la madurez y el temple de la buena escritura. En Hombres de Mar asistimos a la historia  épica y mural del gran puerto que es Chimbote. No sólo es la historia de un pueblo, los procesos del hervor migratorio, la historia de los pescadores y sus luchas políticas especialmente el de Pedro Chinchayán, Nives Collanqui y el anti sindicalista Balarezo el rescate de la memoria adolescente de los estudiantes y profesores de los colegios de Chimbote, sus amores, sus luchas y militancias, sus interioridades, sus tragedia (el profesor Villegas,  Rojitas, Barrios, el cholo Manrique, el ñaras,  el inefable Galladaza o las musas, Toya, Patricia, Mariela) , menos la historia de bares (Copacabana, el Monn River, el Mickey Mouse) la presencia inolvidable de Sara Sarandonga etc. No  sólo esas historias que se entrecruzan como un verdadero universo de historias inacabables y misteriosas.  Colchado se da maña para ampliar su universo narrativo para aludir a la guerra interna (la alusión a Sendero, la represión militar, los militantes) a la acción del narcotráfico ( centrada en el embarque de la droga en los barcos pesqueros aquí resalta la historia del Muki y la extensión en la acción del “asesor presidencial”)  la presencia de  los inicios y el esplendor de Chimbote (resalta la figura de Bianchi Ross, el crecimiento de explotación del recurso marítimo) a estos hechos hay que agregarle el universo mítico de los mellizos de tierra y mar, el viejo  Tijeras. Todo un manejo mágico de personajes y lucha de dioses costeños y serranos. Hombres de mar es una novela que captura la lectura desde  el comienzo hasta la última línea. Esta novela puede leerse intertextualmente con otras obras que también han tematizado dentro de otra óptica el gran puerto de Chimbote así mencionamos a la novela de Guillermo Thorndike “El caso Banchero”  mucho más esquemática pero no por ello menos interesante que la novela de Colchado. Mención especial merece la última novela de José María Arguedas : “El Zorro de arriba y el zorro de abajo”. Como dato inicial un personaje “memorable comoel Loco Moncada recorre como un fantasma en la neblina de la escritura de estas tres novelas. Después de leer Hombres de mar consideramos que Colchado ha logrado regalarnos una novela importante que sin duda coloca a su autor como un narrador canónico de nuestra narrativa peruana.

viernes, setiembre 16, 2011

GENERACION DEL 50 EN VENTA




Hacia el año 1989, la UNE la Cantuta editó una de los textos más solventes para entender la "generación del 50" El equipo de investigación que gestó este trabajo estuvo integrado por: Félix Huamán Cabrera, Miguel Gutiérrez, Manuel Velázquez, carmén Ollé, Víctor Mazzi, Oswaldo Reynoso, Roberto Reyes, Julio Carmona, Elsa Cajas y Esther Ginoccio. Fueron estas personas quienes pusieron su empeño en tamaña empresa. Recuerdo haber seguido de cerca este trabajo desde mi postura de "universitario intersado" en el tema. Se trabajaron 4 volúmenes de las que sólo se editó el texto materia de este post. Quedarón al "aire y el olvido"  el registro bibliográfico de los todos los poemarios de los miembros de esta generación y su respectiva antología de textos. Lo mismo sucedio con el registro narrativo (novelas, cuentos) ni hablar de los ensayosm, el teatro y la crítica. Que será de esos "textos hoy fantasmas de papel" ¿dormirán en algún ricón de la UNE? Para los intersados les  "voceo"  que  algunos ejemplares estan siendo vendidos a 5 nuevos soles en un pequeña feria en  la puerta de la Biblioteca de este libro e la UNE  Chosica. Son pocos"libros" exibiéndose  para tener la eperanza de tener este libro que necesita urgentemente una reedición ya que han pasado 22 años  desde su primera edición. Una buena oportunidad para leer  textos importantes sobre la generación del 50.

lunes, setiembre 12, 2011

LITERATURA PERUANA UN MIRADA A SU FUNDACIÓN CRÍTICA

Para comprender mejor el concepto de literatura peruana y tratar de entender los diversos procesos que han gestado y han servido para construir los discursos que la constituyen, se hace necesario acercarse a algunos textos claves de nuestra tradición literaria. En esa búsqueda bibliográfica y revisando los diversos trabajos que nuestra “incipiente crítica literaria”  nos ha legado hallamos algunos trabajos entre las que citamos a: José Palacios  quien editó un texto bajo el título de: Discurso sobre la literatura en general y la poesía, la epopeya y la tragedia en particular hacia el año 1839 en el cusco. Libro de menciones generales sobre el tema pero que no logra construir un acercamiento a la literatura peruana. Existieron otros intentos como los desarrollados por Manuel de Odriazola, Ricardo Palma, José Hipólito Herrera, Manuel Atanasio Fuentes, Mariano I. Prado y Ugarteche (quien realiza un trabajo que en opinión de Estuardo Núñez es el primer estudio panorámico de lengua y literatura aborígenes del Perú. El texto se titula: Estudio sobre Filología Peruana en relación con la historia y la literatura, 1888 editada en Lima por la Imprenta y Librería del Universo de Carlos Prince) Pero será Guillermo Alejandro Seoane quien realizará un tesis para optar el doctorado en la UNMSM bajo el título de: Sobre la literatura nacional del Perú, posiblemente una de las  primeras tesis sobre el tema de la literatura peruana.
Pero la lectura “histórica y crítica de nuestra literatura peruana” pasará por diversas etapas habrán autores que se detendrán a estudiar épocas concretas, espacios discursivos concretos así podemos señalar a: Eleazar Boloña ( Literatura peruana del coloniaje, 1891), Manuel Moncloa y Covarrubias ( los bohemios de 1886), Ricardo palma (La bohemia de mi tiempo, 1886) Asisclo Villarán (“la poesía del Imperio de los Incas” 1873) Clorinda Matto de Turner (Elementos de literatura , 1884),  Raymundo Morales de la Torre ( los estudios literarios, Tesis  de doctorado UNMSM, 1906) Carlos Prince (Bosquejo de la literatura peruana colonial. Causas favorables y adversas a su desarrollo (y) Biblioteca Peruana de la Colonia. 1911), Ventura García Calderón  (la literatura peruana (1535-1914), 1914),  Jovino Burga (“Literatura Nacional” en sus Ensayos señeros (precedidos de un reto a todos los escritores del Perú) 1917), Javier Prado (El genio de las lengua y de las literaturas castellana y sus caracteres en la historia intelectual del Perú, 1918), Raúl Porras Barrenechea (La literatura Peruana, 1918) José Carlos Mariátegui (“El proceso de la literatura peruana”,  1928), Federico More (De un ensayo acerca de la literatura del Perú, 1925), Jorge Basadre (Equivocaciones, 1928) etc.
Pero según nuestra percepción serán cuatro los estudiosos que sentarán las bases para entender mejor el concepto de literatura peruana.  José de la Riva Agüero es el primer estudioso en sistematizar el material de  “nuestra literatura” Riva Agüero hacía 1905 sustentará la tesis: Carácter de la literatura del Perú independiente. (Tesis para obtener el bachillerato en letras, presentada a la Facultad de Letras de la UNMSM, en 1905) trabajo que fue editada en formato libro  por la Librería Francesa Científica Galland E. Rosay Editor, en lima el año 1905, 299 p.) A la fecha se puede hallar la tesis en edición de la Obras completas de dicho autor editada por la PUC, 1962. Y la edición facsimilar editada por el Fondo Editorial de la Universidad Ricardo Palma, 2008).  Otro estudioso importante es: José Gálvez quien sustentó hacia 1915 sus tesis para obtener el grado de Doctor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNMSM bajo el título: Posibilidad de una genuina literatura nacional (El peruanismo literario). Tesis que fue editada en lima en la Casa Editora M. Moral. 77p. Este trabajo se volvió a reimprimir en la Revista Universitaria (Lima,año X, vol. II octubre de 1915, pp. (294)-333)  y más adelante en la Revista Universitaria (Lima, mayo de 1957, pp-7-39).
Otro trabajo importante es el realizado por Luis Alberto Sánchez quien sustentó el trabajo: La literatura peruana (Capítulo de un ensayo preliminar) para obtener el bachillerato en la UNMSM, 1920.  Trabajo que fue editado en La Prensa de Lima entre los días 5,6,7 de agosto de 1920. Se reimprimió  en El Comercio del Cusco, del 19 de agosto al 6 de setiembre de 1920. Existe a la fecha  la tesis en formato libro bajo el  título: La literatura peruana (Tesis Universitaria) editado en Homenaje al Centenario de LAS 1900- 12 de octubre- 2000  por el Instituto Víctor Raúl Haya de la Torre. Con Prólogo de Luis Alva Castro y estudio de Hugo Ballenas.  2000, 64 p.
Mención especial es el trabajo de José Carlos Mariátegui “El proceso de la literatura” que se publicó como el último tema de 7 Ensayos de interpretación de la Realidad Peruana (Lima, Biblioteca Amauta, 1928)  La mayoría de los  siete ensayos que conforman este libro  fueron publicados desde 1924 hasta 1928 en la Revista Mundial de Lima, en la sección  que Mariátegui tituló: “Peruanicemos al Perú”. Este trabajo ha sido reimpreso en cuanta edición este libro se haya hecho a la fecha.
En el trabajo de estos autores  motivó incluso la participación de otros autores como: Jorge  Basadre, Federico More, Ventura García Calderón, etc. Cada uno de ellos  aportó una serie de elementos importantes para entender mejor el desarrollo de nuestra literatura peruana. Cada uno esbozó su punto de vista, arriesgaron opinión para validar “un nacionalismo peruano” , distinguir la literatura criolla, la aborigen, la influencia del humor, la epopeya, el folklore, el medio geográfico. Arriesgan opinión sobre autores sus discursos. De hecho se dan contradicciones y similitudes pero lo más importante son textos vitales para entender nuestra literatura “como un proceso en constante formación”.(RJP)

martes, agosto 30, 2011

ASTRONOMIA (AFA EDITORES, 2011, 600 P.P) Enorme ensayo poético que nos entrega el poeta César Toro Montalvo. Trabajo de madurez poética  que  a lo largo de sus heterogéneas "formas" nos regala tres universos verbales : Limbo (1978-1986) Astronomía (1986-2008) Fablario (2004-2009)  que nos muestra el trabajo de mas de treinta años. El libro muestra el ejercicio de una serie de "formas poéticas" desde los lejanos: Zéjel, jarchas, himnos, elegías, liras, loas, cantos hasta llegar a formas exóticas como los rengas, sedokas, haikus. Mención a parte son las cantinelas las folias, los palíndromos,espinelas, serranillas,  sextinas, ovijellos, jácaras, nanas,   etc, etc. Hay una "vitrima verbal" que no se agota  sino que como un surtidor de historia de la poesía se muestra ufano. Toro Montalvo realiza un "historia viva" del arte de poetizar. Los jovenes poetas o los que se interesen en la buena lectura debería darle una mirada letrada a este "enorme poemario". Cada poema esta trabajado con fervor, no hay texto que deje de leerse. Un lugar especial merecen los poemas  donde la propuesta caligramática, visual, objetual "llena la vista" incendia los sentidos, quema la lengua. Hay de todo en este "universo lírico" . Sin temor es bueno señalar que el poeta hace gala de sapiencia, sabia lectura, lúdica escritura, historia aprendida de formas poéticas desde las cultas hasta las populares    que encierran el folk democrático de la poesía "oral". que  puede leerse en las cumananas, las coplas, las tonadas, las picaras de camioneros etc. Un poemarío mayor no sólo por la cantidad de páginas sino por que muestra a un poeta en la plenitid de su ejercicio poètico.

CALIGRAMA A MACHU PICCHU

Machu Picchu en caligrama



 
 
 
 










Mediante un caligrama (poesía visual) titulado “Machu Picchu encima del Mundo”, Rodolfo Rojas Villanueva rindió  homenaje al Santuario de los Incas.  El caligrama presenta una recreación poética de tal manera que mediante los versos proyecta la imagen visual del Santuario Inca.
En los versos se leen:” Machu Picchu / alma y espíritu planetario / ciudad estelar de los Incas / arquitectura inacabable (…) De tÍ nacieron la papa y el maíz / para salvar el hambre a Europa / Hoy, nuevamente de ti nace / la esperanza para salvar el hombre”.

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Rodolfo Rojas Villanueva (Perú), nació en la comunidad rural San Miguel de Cuchis, a 33 Kms. de Cerro de Pasco y a 346 Kms. de Lima. El autor, aparte de escribir poesías es activista ecológico y social de PATRIA VERDE. Es creador de la campaña ecológica LA NOCHE DEL PLANETA para que el 31 de diciembre no se queme muñecos ni llantas en las calles de Lima.

En octubre del 2010 escribió el poema Canto a los mineros de Chile, en homenaje y solidaridad a los mineros chilenos atrapados en la mina de Copiapó. Poema publicado en distintos países: impresos y virtuales.  Debido a ese trabajo recibió la condecoración como el Poeta de los mineros por el Gobierno Regional de Pasco (Dircetur), en Perú.