Celebraciones a raudales, estrellas y quinuas de colores que se riegan. Piedras milenarias que oyen el canto de los colibríes. Machu Picchu ombligo estelar del tiempo. Ojo sideral de oro y plata. Machu Picchu río universal de asombro. Tus piedras escriben sus leyendas. Los poetas te cantaron, te cantan y cantarán por una eternidad. Machu Picchu seguirás despierto con tu latido de puma. Apenas he dejado correr mi sombra por tu cuerpo y me he sentado alguna vez en tu piel enorme sintiendo tu mágico silencio. Hoy “robo” la voz de los poetas y los muestro desnudos de tiempo. Aquí un arbitraria selección de poemas escritos en honor a tu nombre. (R.J.P)
Alturas De Macchu Picchu
Pablo Neruda
Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Hablad por mis palabras y mi sangre.
La mano desasida (Fragmento)
Martín Adán
Y yo me moriré
Porque no me basto.
Pero tú vives, Machu Picchu,
Piedra que se está en su alto.
Piedra que me representa,
Piedra que se está gastando.
Nada será después de mi momento,
Todo ya era cuando yo nacía.
Tras de mi muerte no moriré nunca,
Siempre comenzará la vida.
Todo será como es y, sin embargo,
Todo seré variedad, sino, simpatía.
¡Todo será como es porque está ardiendo y doliéndome!
¡Porque no hay otra cosa!
Todo será como es porque no son
Sino mi cuerpo y la nube y tu roca!
Todo, porque yo hablo todavía
Y todo el mundo es oreja de ahora!
¡Y el aire es mi terror, y el río sueña,
Y suena sin cesar, sin verdadera sombra!
¿Dormirás, Alma Mía?
¿Despertarás mañana a tu quehacer?
¿Serás otra vez la que te fuiste?
¿Serás otra vez?
¡Ante esta roca, que te está mirando
Y que te ve,
Y que te ve tremenda con un solo ojo
Ante esta roca, huir es imposible
Y hay que desnacer y renacer!
Porque ser es necesario,
No hay otro modo de no ser y renacer.
¿Y si no eres, qué eres, qué serás, qué Dios,
Qué intenso ser
Te arrastrará en su furia
Padre Machu Picchu
Juan Gonzalo Rose
Machu Picchu, dos veces
me senté en tu ladera
para mirar mi vida.
Para mirar mi vida
y no por contemplarte,
porque necesitamos
menos belleza, Padre,
y más sabiduría.
Machu Picchu, más allá de ti no hay nada
Danilo Sánchez Lihon
Machu Picchu,
más allá de ti no hay nada. En ti
está
la casa, el altar y la morada
de los dioses.
Más allá de ti ya no se sube
a ninguna parte.
Todo está en ti. Tú contienes
lo vasto
y lo hondo. ¡Aquí –en ti– es
cuándo,
dónde, qué, quién, cómo!
Nunca el hombre llegó tan alto,
vivió
tan alto, murió tan alto, sino en ti.
Nunca
se respiró más profundo que en tu
transparencia.
Y nunca
se padeció tan en el límite de otro
mundo
junto a las estrellas estupefactas
sino en ti.
Eres
piedra de eternidad Machu Picchu.
Nunca las manos, el aliento labraron
un período
una rosa y una flecha más penetrantes.
Jamás
el arpa y el violín aspiraron tanto.
El pincullo,
la danza, el baile y la pollera
extasiaron
hasta desaparecer.
No hay altar en el mundo
que tenga
tu altura, tu intensidad, tu perfume
arrebolado
ni el pedestal de nubes a tus pies.
Jamás
la tierra, el mundo y la vida se hicieron
más infinitas.
Porque
¿hay en el arte algo más etéreo
y exacto
que estas piedras hechas adoración
y milagro?
Alguna
fantasía ha puesto líneas
y trazos
que superen la perfección
de estas
edificaciones? Los hombres
y mujeres
que aquí vivieron hicieron
de lo excelso
lo llano, corriente y cotidiano.
¿Hay
escultura, arquitectura o enigma más
sutil
que estas piedras puestas en equilibrio
sobre
lo que es eterno e indescifrable?
Aquí
las piedras sienten, piensan y tienen
poder;
son espíritus dormidos o despiertos,
donde
la brisa tienen una voz acumulada
de milenios.
Aquí
he contemplado las estrellas
del firmamento
con el mismo candor con que lo hizo
el primer
hombre, cuyo pie se asentó sobre
la faz
de la tierra para labrar su destino;
y donde
hasta la esperanza es desafío y es
memoria.
De Patria Competa (fragmento)
Alberto Hidalgo
I
Es Machu Picchu
La Ciudad donde Dios se desprestigia
Porque demuestra que él nunca hizo nada
Que se pudiera comparar con ella
Eso dije una tarde
A los repórteres del cielo que acudieron a verme
A saludar al vasto poeta de la patria
Que llegara en un átomo de voz
Se publicó en los diarios
Del firmamento
Y Dios bajó inmediatamente
A averiguar con sus sentidos propios
Lo que hubiera de triunfo
En una afirmación tan jardinera
De un hombre célebre como yo hasta el punto
De que es el mundo el único lugar donde no soy famoso
Y comprobó que el orbe con estrellas y luna conseguido
Se levantaba todas las mañanas
Sin que lo despertasen
Que en la epidermis de los Andes
quedaba el aire estacionado
con la intención acaso de vestirlos
que acudían los vientos apurados
a hacer entre las piedras sus diligencias más necesitadas….
TORRES Y PRADERAS DE MACHU PICCHU (fragmento)
César Toro Montalvo
Machu Picchu, piedra de lava ardiente.
Larga joya de estalactita.
Hermosa gallina con ojo de huevo o de luna.
Mi espíritu frágil
Es polvo que me persigue.
Duda que me traslada
Sangre que se evapora.
Mejor dicho me consume
Así como me alimenta
Con su trigo viviente.
Con lo pastores de los cigüeñales
Vengo cargado con mi barca
De minerales preciosos.
Hoy me inclino a tus pies
En la catedral de Piedra…..